Mónica Delta,Opina.21
mdelta@peru21.com
El mandatario asegura, asimismo, que la inclusión social y no la política económica es la “niña de mis ojos”. De acuerdo. Sin embargo, es el jefe de Estado el que parece estar mirando el árbol y no el bosque. Revisando las encuestas de Pulso Perú, el tema de corrupción es algo que debería tener como centro de su preocupación. En la percepción del país, el 91% de la gente considera que esta lacra es alta o muy alta. El 69% de los compatriotas asegura que, en los últimos dos años, la corrupción ha aumentado, mientras que un escaso 5% cree lo contrario. Cuando se les pregunta a los compatriotas si siente que el gobierno del presidente Ollanta está haciendo mucho, está haciendo algo o no está haciendo nada por solucionar el problema de la corrupción, un dramático 53% cree esto último. En el ojo de la población hay un triple empate en cuanto a la percepción de la corrupción institucional: la Policía, que depende del Ejecutivo, el Poder Judicial y el Congreso, cuya primera minoría son representantes del partido de gobierno, en alianza con Perú Posible, cuyo líder cada vez se hunde más en el laberinto de las millonarias inversiones inmobiliarias.
El 91% de la gente considera el pago de las coimas como algo común. Cuando a los ciudadanos se les pregunta cuál es la razón principal por la que le pidieron dinero bajo la mesa, responden en un 50% “para acelerar un poquito la cosa” y un 17% porque “era la única manera de obtener el servicio”.
Como ve, presidente, si afrontar este tema fuese su prioridad, como lo ofreció en la campaña, nuestro país tendría una mejor perspectiva de futuro y estamos seguros de que la inclusión social sería una realidad, porque no hay peor discriminación y exclusión que seguir viviendo en un país donde en todos los niveles, sobre todo del Estado, ‘caballero don dinero’ es el soberano.
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