Fiorella Cayo, Actriz y Empresaria
Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
Estrella juvenil de nuestra televisión, Fiorella Cayo es la creadora de Dance Studio, una escuela de talentos donde se formó gente como Stephanie Cayo, Carolina Cano, María Grazia Gamarra, Lucía Oxenford, Bruno Ascenzo y muchos más. Acaba de editar Baila, siente y vive, un CD con las voces de sus más conocidos alumnos. De venta en Wong.
¿Extrañas Torbellino?
No. Sé que fueron días geniales, pero ya pasó. Viví aquellos días a morir; viajé por todo el Perú y me permitió conocer y sentirme orgullosa de mi país.
Te sentías una rockstar…
No, porque no me siento mejor que nadie. Eso no significa que no me ame: me amo, incluso con todos mis defectos… y me perdono.
¿Hoy hay alguien que te ame?
Recibo amor de mis hijos, de mi familia, de mis alumnos…
No me refiero a eso…
(Ríe). Por ahora estoy solita, contenta y tranquila.
Pareciera que te gustaran las relaciones tormentosas…
No es así. Mi tendencia ha sido salir con personas a las que he querido ayudar: mi rol de madre está muy marcado. Hoy no busco nada, estoy tranquila con mi trabajo y con mis hijos, y tengo muy claro que ellos son mi prioridad. La persona a la que le dé mi amor debe aportarme, sumarme, y no restarme. Nunca le voy a cerrar las puertas al amor porque es mi principal motivación.
¿Te sientes deseada?
Nunca pienso en ello, te lo juro. Pero, como me valoro mucho, siempre me fijo en si el otro me valora. Si es así, vamos para adelante.
¿Te sientes bella?
Ni tanto, porque me tengo que arreglar los dientes (risas). No me pongo a pensar si soy o no linda, lo que trato es de sentirme bien conmigo misma. Si me arreglo es para estar bien para mí, incluso dentro de casa: mi pijamita y mis pantuflas las tengo bien puestas (ríe).
Tu vida ha estado expuesta en los medios…
Una se acostumbra. Lo que sí no me gusta es que hayan pasado algunas cosas en mi vida y, luego, la gente haya emitido opiniones sin saber la verdad. La gente tiene una enorme capacidad para juzgar sin saber. En mi familia no somos así: nunca me enseñaron a conocer la envidia, los celos, el odio, la mala energía. Yo estoy acostumbrada a ver siempre lo positivo. Cuando una es así, sí, pues, chocan los comentarios negativos. Igual, si cinco personas dicen que soy mala, habrá otras 95 que hablen bien de mí.
Choco y no pasa nada; tú te chocas y se arma un escándalo…
Al ser una persona pública, estás expuesto totalmente a que creen historias alrededor de ti para vender una noticia. Conmigo se vendió una historia errónea, y no salí a desmentirla porque confiaba en la objetividad de los periodistas. Si en lugar de estimular lo negativo estimularan lo positivo, todos seríamos más felices y mejores personas.
Eres bastante vehemente…
Sí, siempre.
¿Cuánto has contribuido tú a que se te vea como antipática?
Una cosa es ser vehemente y apasionada y otra es ser arrebatada. Yo soy bastante racional y, al mismo tiempo, emocional, pero si se trata de defender lo justo, lo haré, porque así me lo enseñaron desde chica. Ahora, es curioso lo que me dices, porque yo no me siento una antipática.
¿Sientes que se te ve como una pituca que se cree lo máximo?
Hay un racismo inverso –de abajo hacia arriba– que he sentido, pero no de la mayoría. Me ha dado mucha pena darme cuenta de la cantidad de rollo que tiene la gente: uno tiene que ser sencillo en la vida, positivo, dar siempre lo mejor. Dedicar una parte de nuestra vida a hablar mal de los demás es pésimo, una pérdida de tiempo total.
Si ves en la calle a Magaly Medina, ¿la saludas?
Por supuesto. Es más, ya me la he cruzado. Le deseo lo mejor, pero nunca voy a celebrar la mala onda de nadie ni aquello que perjudique a los demás. Lamentablemente, su programa tuvo efectos negativos en la vida de muchas personas. Nadie es perfecto, todos cometemos errores, pero quién es uno para juzgar. Magaly, si quisiera, podría hacer muchas cosas positivas.
A propósito, en tu escuela, Dance Studio, descubriste a varios talentos…
Acabamos de cumplir 14 años y por allí pasaron artistas como María Grazia Gamarra, Carolina Cano, Gisela Ponce de León, mi hermana Stephanie Cayo, Raúl Zuazo, Bruno Ascenzo y muchos más. Con ellos grabamos mis composiciones. He reunido siete de esas canciones en un CD. ¿He contribuido a su éxito? Un poquito, pero ellos han hecho su carrera con su talento.
¿Extrañas la televisión?
Me gustaría volver porque tengo el tiempo para hacerlo, mi empresa ya está posicionada en el mercado. Pero, igual, estoy feliz como empresaria pero, sobre todo, como mamá: tengo dos hijos, pero me hubiera gustado tener diez (ríe).
AUTOFICHA
- Viví en Nueva York pero decidí volver, quedarme en mi país, hacer empresa y fundar una escuela de talentos: Dance Studio, que fue pionera en el rubro.
- Allí estudiaron varias figuras de la tele (Stephanie Cayo, Carolina Cano, Gisela Ponce), y algunos coreógrafos. Estoy orgullosa.
- La persona a la que le dé mi amor debe aportarme, sumarme y no restarme; nunca le voy a cerrar las puertas al amor porque es mi principal motivación.
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