El buen Renzo viajó a Alemania para llevar una maestría. El programa duraba un año y le dijo a su novia que podían mantener la relación a distancia. Con las justas llegaron a los tres meses, a pesar de que se llamaban todas las noches, se mandaban correos electrónicos y tenían sesiones de videoconferencia con el Skype y el Google Hangout. Fue duro para ellos; es duro para cualquiera.
PISANDO TIERRA
La distancia puede destruir relaciones, por más sólidas que sean. Si uno tiene una relación y debe ausentarse por tiempo prolongado, debe analizar la situación con apropiados elementos de juicio. ¿Podré resistir tanto tiempo? ¿Qué haré con los celos? ¿Y si conozco a alguien? Lo más importante, además del amor, es la fuerza de voluntad. No solo de uno, sino de ambos. A pensarlo bien.
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