Enrique Castillo, Opina.21
El anuncio de la alcaldesa se ha hecho a pesar que subsisten las mismas condiciones que hicieron que –abusos y escándalos de por medio– se suspendan las fotopapeletas.
No se ha mejorado, extendido ni rectificado la señalización existente. Siguen manteniéndose en puntos críticos los mismos absurdos límites de velocidad, impuestos sin ningún criterio técnico ni de seguridad ciudadana.
No se ha hecho ninguna campaña de información, prevención ni de difusión de los puntos electrónicos de fiscalización. Y ni siquiera se han resuelto los justificados reclamos de quienes ya sufrieron las consecuencias de la voracidad municipal.
¿Qué seguridad tenemos los limeños que no volverán la señalización ‘fantasma’ o las fotopapeletas clandestinas?
Por otra parte, parece que la alcaldesa Villarán no ha ido sola en su carro a 30km/h por las peligrosas calles de Lima. Tampoco ha ido al aeropuerto en las primeras horas del día, o ha llegado de viaje a la 1 o 2 de la madrugada y ha manejado desde el aeropuerto, sola en su auto, primero a 60 km/h, luego a 40 km/h y después a 30 km/, sobre calles inseguras. Si lo hubiera hecho se daría cuenta de lo absurdo y riesgoso de su esquema.
En cualquier ciudad del mundo que sufre altas tasas de delincuencia, se dictan medidas para facilitar un rápido traslado de los ciudadanos a sus casas, según las zonas y las horas, apostando por su seguridad y protección.
Aquí se expone a los ciudadanos obligándolos a ir muy despacio en zonas peligrosas, o a parar por largo tiempo a altas hora de la noche o de madrugada en cada esquina, facilitando a los delincuentes su accionar asesino.
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