Explota balón de gas a unos pasos de Palacio

La tragedia rondó ayer en la Plaza de Armas horas después de la serenata por el 478 aniversario de Lima. Cuatro personas resultaron heridas al explotar un balón de gas en el restaurante RH Atlantic, de propiedad de un empresario palestino.

El pánico se apoderó de los comerciantes de la zona que, además, denunciaron la negligencia cometida por la comuna metropolitana, debido a que cubrió uno de los hidrantes con el estrado principal para dicha serenata. Si bien no fue necesario el uso de este equipo, los bomberos calificaron el hecho como una “terrible irresponsabilidad”.

La fuerte detonación –que estremeció a los transeúntes, a los negociantes y a los trabajadores de la Municipalidad de Lima y del Palacio de Gobierno– ocurrió a las 9:15 de la mañana en el local ubicado en el pasaje José Olaya Nº 106.

Según contó el cocinero Jonathan Montes Encarnación, la explosión se produjo cuando el dueño del establecimiento, Masad Abu-Shaibeh, estaba cerca del balón de gas. Un problema en la válvula habría ocasionado el accidente, sostuvo.

El empresario y sus sobrinos Khaled Baloud y Guillermo Mubarak, así como el mozo Nolasco Santos, resultaron heridos. Ellos fueron llevados al hospital Arzobispo Loayza.

Por su parte, el comandante Alejandro León, jefe de la Tercera Brigada de Lima, informó que la detonación se habría dado por una fuga de gas.

OTROS INCENDIOS
De otro lado, la tarde de ayer, un incendio consumió dos pisos del centro de estudios IDAT ubicado en el cruce de las avenidas República de Chile y 28 de Julio, en Jesús María.

Horas antes, un menor de 15 años murió carbonizado en otro siniestro que ocurrió en Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores.

SABÍA QUE

- El empresario Masad Abu-Shaibeh también es dueño del restaurante Los Balcones, que funciona en el segundo nivel de donde ocurrió la detonación. Este negocio le pertenece a la familia de la secretaria de Prensa del Despacho Presidencial, Randa Mussallam Abu-Shaibeh.

- En el momento de la detonación, cuatro comensales esperaban sus pedidos. La onda expansiva causó destrozos en los vidrios de las ventanas.