Luego de que hace unos meses se confirmara que la cuenca del río Corrientes viene siendo afectada por la actividad petrolera, el Ministerio del Ambiente declaró ayer en emergencia ambiental la referida zona con el fin de garantizar su manejo sostenible y llevar a cabo acciones de remediación.
Según un informe de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), el agua del río y de sus afluentes no es apta para el consumo humano porque presenta altas concentraciones de hierro y otras sustancias químicas derivadas del petróleo crudo.
La emergencia involucra a las comunidades nativas de Antioquia, José Olaya, Pampa Hermosa, Sauki, Valencia, Pijuayal, Belén, Sion, San José, Santa Rosa y Nueva Jerusalén, donde las diversas entidades púbicas y privadas deberán ejecutar planes para acabar con la contaminación.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.