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Opinión

Ecuador se ubica en la posición 156 en el Índice de Libertad Económica Mundial y en el puesto 25 de un total de 29 países en América Latina y el Caribe. En cambio, en el Índice de Competitividad ocupa el lugar 71 de 148 países. Así, si bien le sigue pasando factura el excesivo gasto fiscal y el ambiente restrictivo para la inversión privada, aún posee los recursos necesarios para proveer de prosperidad a sus ciudadanos.

En la última década, destinó el 13% del Producto Bruto Interno (PBI) a cerrar la brecha de infraestructura que tenía respecto a sus pares. De esta manera, construyó más de 7,000 km de carreteras, puentes, autopistas de ocho carriles y una red de nuevos puertos con tecnología de vanguardia.

En educación, Ecuador invirtió 30 veces más que los últimos siete gobiernos previos. Cerró 14 universidades por falta de calidad académica y becó a más de 5.000 estudiantes en las mejores universidades del mundo. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Ecuador es el país con mayor participación de pobres en educación superior en América Latina (26%).
No obstante, los ecuatorianos enfrentan complicaciones serias en el corto plazo. Y es que buena parte del dinero que utilizó para el desarrollo de las obras de infraestructura y el fomento de la educación se financió con deuda externa, la que creció en 31.6% en el último año. Y arrastra un déficit fiscal de casi 5,000 millones de dólares (4% del PBI).

Ecuador cuenta con una economía altamente dependiente del petróleo, un sector privado que duda de la viabilidad del modelo y medios de prensa estresados por el gobierno. Así el crecimiento se ha venido apoyando en el gasto público, pero dejando de lado los estímulos para la inversión privada.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de anunciar preocupación por el incremento del déficit público y un empeoramiento de las condiciones externas. Así el reto para Ecuador consiste en moderar su gasto estatal y reducir el déficit de cuenta corriente. Para ello debe empezar por revisar los subsidios a los combustibles y profundizar las reformas fiscales para mejorar la recaudación. Además, debe reconsiderar la participación de inversión privada nacional y extranjera y fomentar un entorno jurídico que permita mejorar su competitividad a nivel internacional para seguir creciendo, sin depender de si el precio del petróleo es alto o no.diamantes


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