Si estás leyendo esto en una pantalla conectada a Internet, voy a pedirte que hagas un pequeño ejercicio. Acerca la oreja a la pantalla. ¿Lo oyes? Ese grito sordo al fondo son los lamentos de millones de periodistas alrededor del mundo cada vez que Facebook decide cambiar su algoritmo.
A finales de junio, FB anunció que privilegiaría el contenido compartido por tus amigos frente al posteado por marcas y medios de comunicación: “Facebook se construyó con la idea de conectar a la gente con sus amigos y familia (…) Para asegurarnos de que no te pierdas los posts que seguramente te importan, colocamos ese contenido en lo alto de tu News Feed”. En promedio, FB aporta el 30% del tráfico de medios de comunicación. O sea, si FB discrimina los links posteados por medios y estos aparecen menos en los muros de sus usuarios, muchas páginas web verán una caída considerable del tráfico que reciben día a día.
En el Perú existen alrededor de 13 millones de usuarios de Internet. De ese total, el 90% está conectado a FB. El ratio de penetración de FB en usuarios de Internet es similar en todo el mundo. Crucemos ese dato con uno que mencioné en una columna anterior: la mayoría de los adultos, entre 61% y 51% según la edad, accede a noticias de manera prioritaria por redes sociales. Si juntamos esos números entenderemos por qué los periodistas sueltan lágrimas cada vez que FB hace un anuncio como el de arriba: si tu notita –video, gif, columna, infografía– no aparece en FB, no existes.
Es FB y su algoritmo –hecho por seres humanos, recordemos– quien decide hoy qué es importante para sus usuarios. Los periodistas, claro, hemos sentido el golpe. Como dice el analista Ben Thompson : “No hace falta navegar mucho por Internet para encontrar un artículo lamentando cómo Facebook ha destruido el periodismo, con ese tufillo de nostalgia por un tiempo donde el New York Times decidía cuáles eran las noticias que valía la pena imprimir”.
Esos usuarios, además, antes pertenecían a los medios, que los vendían en casi monopolio a los anunciantes. Hoy FB te los alquila por una módica suma. Y además también los vende a esos mismos anunciantes menguando tu negocio ¿Eres un medio de comunicación y quieres que tus posts sobre el nuevo gabinete de PPK lleguen a más gente? ¿Que tu video de los mejores goles de Paolo Guerrero –es un decir– supere las mil vistas? Paga ¿No quieres pagar? Ok, quedarás sepultado bajo millones de fotos de bebés y videos de gatitos.
La práctica de FB con los medios puede interpretarse de dos formas. Una cucharada de su propia medicina: págame para que te vean mis usuarios o te condeno a la invisibilidad (que es como han tratado los medios a sus anunciantes y lectores durante años); o una forma de extorsión: págame para devolverte tus usuarios (que te robé dándoles el contenido que tú alegremente me regalaste).
Sea cual sea la lectura que prefiramos, no es difícil imaginar que los términos de la relación entre FB y los medios van a seguir reescribiéndose. Por ahora, el teclado y la pantalla donde se redacta ese contrato pertenece a FB. A los medios nos toca encontrar formas de renegociar las cláusulas. Eso o morir de irrelevancia.
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