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“Cuando conocí a Carla García le dije: ‘Detesto a tu papá’”

“Siempre dije que salía con Carla García, pero nadie me creía”, dice Carlos Carlín, quien ha vuelto a la TV como conductor de Psíquicos (D, 7 p.m., Frecuencia Latina).

(Nancy Dueñas)
(Nancy Dueñas)

Carlos Carlín, Conductor de TV
Autor: Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com

Carlos Carlín vuelve a la televisión como conductor de Psíquicos. En esta charla hablamos de la calidad de nuestra televisión, de Alan García y más.

Como columnista de Perú21 eras muy crítico de la TV y, de pronto, caíste en el monstruo…
En la boca misma. Hoy conozco a la TV por dentro: ya sé lo que pasa, ya sé por qué se hacen las cosas, ya sé por qué se dejan de hacer otras, ya sé qué es verdad y qué no, ya sé qué se infla y qué no, ya sé quiénes critican solo por criticar, solo por hablar. Sin embargo, mi crítica era absolutamente honesta, porque no conocía, porque solo estando dentro uno puede conocer.

¿Se puede hacer buena TV?
Uno lo intenta, la gente no te ve.

¿El ‘problema’ es la gente?
No, porque no sé si sea un problema. Finalmente, la televisión no es importante, es un aparato que uno puede apagar. Curiosamente, todos hablan de la TV, se arañan, se jalan los pelos por programas como Esto es guerra. Estamos de cabeza, hay cosas más importantes que un programa de entretenimiento, programa que se puede dejar de ver si se apaga el televisor.

¿La televisión nos manipula?
El televidente no es idiota, sabe lo que ve. Después de dejar La noche es mía, gente común y corriente se me acerca y me dice: “¿Por qué dejaste el programa?”. “Porque hay cosas que sé hacer mejor”, le respondo. “Pero si lo hacías tan lindo”, continúan. “Pero tenía que presentar notas que me llegaron a enfermar. Además, no era un programa ‘lindo’. Pudo ser interesante, entretenido, pero ‘lindo’ no”, les vuelvo a decir. “Sí era ‘lindo’”. ¿Qué puedo hacer ante una respuesta así?

Muchos nos decíamos qué hace Carlos en ese programa.
Yo también me lo preguntaba, por eso terminó mi contrato y me fui. Yo comencé con un programa que contenía una propuesta divertida, pero el rating lo envió al demonio. Todo el mundo se llena la boca hablando de la televisión blanca, pero nadie veía La noche es mía: su rating bajó a tres puntos. Entonces, apareció el ‘caso Ciro’ y me planteé el caso como un comunicador.

Las imágenes de PPK bailando reggaetón con el ‘PP Kuy’ pasarán a la historia como ejemplo de una TV de baja calidad…
¿Por qué? Ver a un político bailando reggaetón no me parece más despreciable que un señor con terno robándole a la gente desde su curul. Los políticos son parte de un espectáculo… y los votantes también estamos allí.

Hablemos de Psíquicos. ¿Crees en fantasmas?
Sí, y soñaba en pasar la noche en la Casa Matusita (ríe). Aquí hay 14 personas que quieren demostrar sus habilidades. Habrá gente que crea y otra que no, pero siempre estará la opción de apagar la tele y leer un libro, algo que siempre será más inteligente que ver televisión.

¿Te interesó más tu cheque a fin de mes que la calidad del programa que hacías?
Nunca. De lo contrario, habría seguido en La noche es mía, donde ganaba muy bien.

¿Qué tal Alan García?
Muy bien. Es un personaje divertido y que, por ejemplo, puede hablar de teatro, algo que me sorprende en un político peruano.

¿Te caía mal?
Por supuesto. Como todo peruano, fui una de sus víctimas, un sobreviviente de su primer gobierno. Probablemente hoy le reconozca algunos méritos, pero no me voy a olvidar nunca de la leche Enci. Recuerdo que cuando conocí a Carla, su hija, lo primero que le dije fue: “Detesto a tu papá”. Carla me respondió: “No te preocupes, toda la gente que me cae bien me dice lo mismo”. Ahora ya no sería tan duro, y no porque ya lo quiera o me haya olvidado de las cosas que hizo, sino porque estoy más grande y ya no me atrevería a decir cosas tan duras de la gente, con más razón si es papá de alguien a quien yo quiero tanto como Carla.

Saliste con Carla…
Sí, claro, seis meses.

Ella confesó que salían…
Yo siempre lo dije, pero nadie me creía (risas).

Es que se habla mucho de tu sexualidad…
Me encanta que la gente siga alucinando. Uno no tiene que decir nada. Uno no habla de la consistencia de sus heces; en la misma medida, uno no debe contar cómo se divierte. Ahora, si la gente quiere seguir especulando y pajeándose con uno, bienvenida, que se pajee.

Carla me dijo: “Beto Ortiz es el hombre de mi vida”. Si yo hubiera salido con Carla y me dice eso, me sentiría muy mal…
Yo no (risas), porque Beto, al menos, es un tipo inteligente.

Hombre, no dejaste huella…
(Ríe). Es una broma de Carla, pero no me voy a comparar. Carla y yo somos muy amigos, la quiero muchísimo y la pasamos muy bien.

Debieron tener un hijo.
Alan me lo iba a expropiar, me lo iba a estatizar. Él es demasiado ego, pues (risas).

AUTOFICHA

- Raquel en Llamas, mi productora, está en stand by. La inversión era gigantesca y, como no teníamos sala propia, no la pudimos mantener. Pero mal no nos fue.

- Si el público que, con avidez, exige cultura en los medios fuera al teatro, probablemente los actores no tendríamos que hacer televisión.

- Hoy hago lo que quiero. Volveré a montar El Perú, jaja. Esto me tiene feliz. Si dejo la televisión, no pasa nada; pero, si me quitas el teatro, me arrancas el rostro.


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