Carlos Meléndez,Persiana americana
Mientras algunos aún creen que la izquierda y las causas progresistas son las únicas con capacidad de movilización, dicha marcha evidenció que los sectores “pro-vida” en el país tienen recursos para demostraciones masivas. Además de la opinión pública a favor, cuentan con las siguientes ventajas comparativas: el apoyo institucional de la Iglesia Católica, la adhesión de importantes líderes de opinión y las redes sociales reales (parroquias, colegios religiosos), necesarias para llegar al católico de a pie. La fuerza movilizadora de un colegio parroquial (asociación de padres de familia, profesores de religión y alumnos) podría equipararse a la de veinte ONG.
Ante tales fortalezas, los activistas de la agenda “pro-elección” respondieron principalmente con una estrategia 2.0. La campaña “Déjala decidir”, se refugió en una “marcha virtual” y la participación de líderes de opinión a favor de esta causa no pasó de la columna periodística o el saludo en Facebook. El activismo de esta corriente carece de recursos para influir en la agenda nacional.
A diferencia de otros comentaristas, saludo la función que cumplen los activistas de uno y otro lado de los debates públicos. Si bien es cierto son fundamentalistas en sus opiniones, despliegan capacidades de persuasión para convencer al ‘independiente’. Esta ‘batalla’ mostró que, paradójicamente, los (post)modernos soslayaron la realidad de un país mayoritariamente conservador y donde las redes virtuales no pasan de ser anecdóticas.
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