Desde el inicio del primer gobierno de Alan García (1985-90), un grupo de jóvenes apristas, estudiantes de la Universidad Garcilaso de la Vega, recibió como misión informar a los organismos antiterroristas de las Fuerzas Policiales sobre la presencia terrorista en las universidades.
Posteriormente, al amparo del entonces viceministro del Interior, Agustín Mantilla, ex secretario privado de Alan García durante 1977- 85, el grupo consiguió armas y apoyo al incorporarse secretamente a ciertas operaciones de eliminación de supuestos colaboradores con la subversión. Decidió tomar el nombre de comando Rodrigo Franco después de que en 1987 un grupo de aniquilamiento de Sendero Luminoso asesinara, ante su familia y cruelmente, al joven abogado y dirigente aprista en su casa de Huachipa.
El origen de este grupo paramilitar se remonta a 1984 cuando viajó a Corea del Norte y recibió el entrenamiento del caso. Por entonces, la relación de la cúpula aprista con Kim Il-sung iba viento en popa. Un año antes había viajado a ese país Alan García, entonces secretario general del Apra, y que después, siendo ya presidente, recibió como regalo un reloj de oro avalado en 15 mil dólares del mandatario norcoreano.
Aunque no se acepta, pareciera tener alguna relación con la compra posterior de más de 10 mil fusiles AKM coreanos, de segunda mano, para nuestra Policía Nacional que se encontraba indefensa; también, con la apertura de su oficina comercial (1986) que se convirtió después en una formal embajada (1989).
Sucede que hace algunos días, por la intempestiva enfermedad de una de las jueces, se ‘cayó’ el juicio contra los miembros de este grupo paramilitar, incluido el ex ministro Mantilla.
Justo cuando iba a declarar Miguel Eusebio Reyes, ex miembro del grupo que conocía al dedillo su funcionamiento y la presunta dependencia directa de Alan García. ¿Cómo la ven?
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