12.NOV Martes, 2024
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Opinión

Aldo Mariátegui,Ensayos impopulares
No me sorprende que el capaz Allan Wagner Tizón apoye la candidatura de Diego García Sayán (DGS) a la OEA, pues ambos trabajaron juntos en la Comisión Andina de Juristas, donde también estuvieron Francisco Eguiguren, Beatriz ‘AFP-S.N.M.P.E.’ Merino y Enrique Bernales. Pero que no nos vendan a DGS como el “gran diplomático” (¡ni siquiera lo es de carrera!), que llegó a canciller con Toledo y a ministro de Justicia con Paniagua solo por amiguismo y caviarismo, pues tampoco es un gran abogado (pregunten en el gremio). Y a la CIDH llegó porque Alan presentó su candidatura a esa corte por el Perú, ya que se la debía, pues fue DGS quien, como ministro de Justicia, le levantó la contumacia en febrero del 2001 para que pueda regresar sin juicios y candidatear para bajar a la entonces puntera Lourdes, y así posibilitar la victoria de Toledo (¡el cálculo les falló y Alan casi gana!). Y ahora Nadine ha impuesto a DGS como candidato a la OEA solo por recomendación de mi amigo Jorge ‘Coco’ Salazar Cussianovich, su asesor político más cercano y muy vinculado a DGS desde hace muchos años (¡Coco, sin picarse! “Soy amigo de Platón, pero más de la verdad”, Aristóteles), apuntalado por Mirko Lauer. ¡El canciller Gutiérrez está pintado en la pared!

¡Este detalle de que el ídolo caviar DGS haya ayudado a Alan a regresar con prescripción sin que responda por muchos casos anteriores (Frontón, BCCI-Mirages, departamento en París, etc.) es convenientemente olvidado por esa misma izquierda caviar que ataca a Alan por corrupción y genocida! Y el fujimorismo, ¡qué torpe! Debió no ir a la reunión con Ana Jara en protesta por DGS. Pero no sabe hacer política…


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