José Lara
Enviado especial a Mendoza
Somos un ‘chavo’ que asusta y mete la garrotera a otros. Somos un ‘chavo’ que busca la vecindad de Turquía para poder jugar a sus anchas. Somos un ‘chavo’ que se mete al barril del carácter para salir con todas las ganas de hacer travesuras, como ayer en el final, con el 3-2 ante Ecuador.
Sin ‘Kiko’ pero con Yordy Reyna. Sin la ‘Chilindrina’, pero con Andy Polo. Y sin adultos que nos castiguen. Así que estamos listos para la batalla frente a Chile este domingo.
Yordy volvió en plan de figura para clavar un doblete que merece más que una torta de jamón. Torta también para Polo, quien confirmó que su lugar es el área. Media torta para Jean Deza, que metió un pase de lujo, aunque otra vez una mano infantil lo sacará del duelo que viene. Pero no fue sencillo para Perú. Los dos delanteros norteños fueron un dolor de cabeza, y el volante Uchuari, el que le ‘tiró dedo’ a Max Barrios (más bien, a su paisano Juan Espinoza Mercado), el más peligroso de todos.
Aun así, abrimos la cuenta con el gol de muslo de Yordy a los 27’. La ‘garrotera’ de su festejo describía el miedo del enemigo. Porque, a los 33’, Deza se acordó que también juega, habilitó a la ‘Magia’ y esta hizo el truco. Dos a cero, sin problema.
CASI LA DE SIEMPRE
Este ‘chavo’ peruano se relajó empezando el segundo tiempo y pareció irse a jugar al patio de atrás. De eso sacó ventaja Ecuador. Uchuari maniobró individualmente y encontró el espacio para un zapatazo al ángulo a los 51’. Luego, con el físico desgastado, el equipo nacional se replegó.
A los 69’, Ely Esterilla nos tomó mal parados y definió de zurda para congelarnos la cara. Era el gol de siempre, el que nos eliminaba. Hasta que del banco llegó Andy Polo, el postergado, para salvar a Perú y al técnico Daniel Ahmed, quien había fallado feo sacando a Benavente y a Deza.
Centro venenoso de Gómez, falla del portero Hamilton Piedra y viveza del atacante para anidarla a los 81’.
Entonces todos gritamos y salimos del barril del miedo para entrar nuevamente a la vida. Sornoza se fue expulsado a los 85’ y la maldición ecuatoriana se desvaneció al fin. Estamos con vida, estamos con la chance en la mano para ganarle al otro fantasma (Chile) e ingresar a la vecindad turca. Aquí no hay espacio para la duda. ¿Podemos? Claro. O mejor: “Eso, eso, eso”.
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