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"Castañeda debe revisar, pero no parar las obras"

“Las últimas elecciones demostraron que los partidos políticos hemos perdido peso y piso de cara al elector. Esto es malo para nuestra democracia. Los partidos deben hacer política de verdad, no esconderse”.

Foto: César Fajardo.
Foto: César Fajardo.

Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

El aprista Enrique Cornejo demostró dominio técnico en la campaña a la Alcaldía de Lima. Ante los ojos de la ciudadanía, sus propuestas fueron las más estructuradas, las más serias. Lo buscamos para analizar, bajo el pretexto del inicio de cobro de pasajes en el Corredor Azul, la reforma del transporte en Lima y sus avances.

¿Lo hecho por la alcaldesa Susana Villarán en el transporte es una verdadera reforma?
Hay unas acciones concretas, pero que tienen un error de concepción, que no es culpa de Susana Villarán, sino que partió antes. Y este error consiste en haber traído a Lima el modelo de una reforma del transporte basada en un corredor segregado, es decir, en el corredor de buses. Esto lo planeó Alberto Andrade y lo inició Luis Castañeda. Los corredores viales son alimentadores de este proceso, pero el corredor segregado no puede ser el motor de una reforma. En toda ciudad, el centro de una reforma de verdad es el metro, con todas sus líneas. Y esto por tres razones: en primer lugar, estructura, atrae la demanda, lleva la mayor cantidad de pasajeros; en segundo lugar, conlleva mayor inversión y, por ende, debe hacerse primero; en tercer lugar, muchos de sus trazos son subterráneos, y deben priorizarse. Luego, en orden de importancia, están los corredores segregados de buses, es decir, el Metropolitano, que debe apoyar al metro y no competir con él, como ocurre hoy en varios tramos. Finalmente, aparecen los corredores que alimentan al Metropolitano, conocidos hoy como los corredores viales que circulan por la avenida Arequipa y pronto por la avenida Javier Prado. Y, claro, a todo ello se sumaría la construcción, remodelación y ampliación de las vías por donde debe ir el transporte particular. Todo esto implica una verdadera reforma del transporte. Entonces, si uno ve lo iniciado por la alcaldesa Villarán, observará que no es malo, que el sistema vigente se encontraba colapsado. Sin embargo, presenta algunos problemas.

¿Cuáles, por ejemplo?
El Corredor Azul está sobre la Línea 3 del Metro. Es decir, dentro de algunos años, cuando esta se construya, los transportistas que ganaron la licitación del Corredor Azul verán bajar muchísimo su demanda, porque la gente preferirá el Metro. Otro ejemplo: la línea del monorriel está sobre la Línea 6 del Metro, se yuxtaponen. En resumen, las carretas se están poniendo por delante de los caballos.

¿Hay improvisación, falta de concepción?
Se hizo esto porque se nos vendió la idea de que los países en vías de desarrollo no debemos apostar por inversiones muy caras, como las del Metro. Se dice que los sistemas más ‘baratos’ son mejores para nuestra economía, pero aquí lo barato sale caro. Estos sistemas, está demostrado, no reemplazan al Metro; son su complemento, pero la prioridad debería ser el Metro. Para la capital se han planeado, por lo pronto, diez líneas de Metro, algunas de las cuales ya están concesionadas y otras en estudio.

¿Este trazado responde a las necesidades de Lima?
Fueron varias las misiones, locales y extranjeras, que las definieron. Es decir, el norte ya lo tenemos; lo que debemos dejar de lado es el facilismo. Existe un estudio que señala que, por cada año que no se construye el Metro, la capital pierde o deja de obtener cuatro mil millones de dólares. Es decir, el Metro hasta se pagaría solo.

Por su envergadura y costo, en estas obras debe intervenir el Ejecutivo. ¿Esto es una garantía de que la reforma del transporte en marcha no se detendrá con Luis Castañeda?
Para evitar una situación así se hace necesario crear una autoridad autónoma del transporte, que permitiría ejercer un manejo orgánico de este sector.

Trasladémonos a lo específico: acabó la ‘marcha blanca’ y desde ayer usar el Corredor Azul cuesta un sol…
Fue un servicio gratuito porque se lo usó con fines electorales. Y tiene graves problemas: primero, los concesionarios, por contrato, deben usar allí los llamados buses patrón; bueno, no hay ningún bus patrón, dicen que están en camino: debieron empezar cuando los buses estuviesen en Lima. Segundo, no ha habido un buen estudio de demanda, y menos se tuvo en cuenta su conectividad: un bus debe ir de un lugar a otro y conectarse con otro sistema de transporte, como recién empezaron a implementar ayer haciendo que el Corredor Azul llegue hasta Barranco. Pero, como lo han hecho tarde y mal, los vecinos barranquinos y surcanos se han opuesto, pues sienten que esto los perjudica. La verdad es que esta decisión tiene sentido técnico, aunque habría que analizar el trazo. A esto se suma que se está empezando a cobrar un sol cuando todos sabemos que en el contrato se habla de 1.50 soles, situación que tendrán que corregir pronto, lo que volverá a generar malestar en la ciudadanía. Repito, la llamada ‘reforma’ ha sido improvisada, electorera: terminó convirtiéndose en un búmeran que afectó la candidatura de Susana Villarán.

¿Por situaciones como la de la protesta de los vecinos y otros perjudicados, la reforma se retrotraerá?
Espero que Luis Castañeda no haga lo que Susana Villarán: parar las obras solo porque a él le hicieron lo mismo. Espero que tenga altura y visión en favor de la ciudadanía. Que se revise lo que haya que revisar, sí, pero para mejorar, para perfeccionar, no para detener.

AUTOFICHA

- “No he lanzado mi candidatura a la alcaldía para 2018; lo hizo una encuesta de Ipsos: el 45% de limeños pedía que volviese a ser candidato. He vuelto a mis tareas académicas y privadas: soy consultor y seguiré en la política porque los partidos tenemos mucho que hacer”.

- “Una de las lecciones de mi candidatura es que los partidos no debemos hacer política solo en elecciones, sino siempre, presentar candidatos a toda elección. El trabajo es de largo aliento porque la gente debe conocernos, saber qué proponemos”.

- “Antes de las elecciones municipales, yo era un técnico, pero la gente necesita conocer, mirarles los ojos a sus políticos. Los mítines no son ya lo más importante; lo importante es el contacto directo, el buen uso de las redes y la presencia en los medios de comunicación”.


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