Durante el proceso por el caso Madre Mía (2006-09), Ollanta Humala ofreció dos entrevistas buscando mostrar la falsedad de las imputaciones que se le hacían cuando era jefe de la base militar en 1992. Por entonces, ya tenía las fotos de Natividad Ávila y su hijo (Caretas, 7/9/87), armados y en formación senderista.
En la revista “Qué Hacer” N° 170 (abril-junio 2008), negando que haya ordenado matar a Natividad y su esposo, dice: “Ese manual (ME 41-7) que disponía la eliminación de elementos no armados de Sendero Luminoso se creó en 1989 durante el gobierno de Alan García. No lo usé. Creíamos impracticable la doctrina que planteaba el Ejército”. Y contraataca: “¿Quién está asumiendo el caso Cayara (mayo 1988), cuántos presos hay? Y refiriéndose a Alan García: “¿Dónde está el jefe supremo de las FF.AA.?”. Y ojo con esto: “Saludo que Fujimori esté asumiendo las responsabilidades políticas de su gobierno. Deberían seguir los siguientes, porque no va a haber reconciliación si no hay verdad”. Ojalá que en el juicio que se avecina diga toda la verdad.
En el libro Ollanta Humala: de Locumba a candidato a la presidencia (Ed. Dean Sur-2009) declara: “Si se capturaba a algún insurgente inmediatamente era puesto a disposición del escalón superior, es decir, de los organismos correspondientes del batallón – BCS 313 – Tingo María” (pág. 58). Ojo, el jefe de ese batallón era el hoy general EP ® Leonel Cabrera Pinto. Y añade: “Vinieron Fuerzas Especiales de Lima y se instalaron en mi base. Me comuniqué con mi comando pero me dijeron que no me inmiscuyera en sus operaciones” (pág. 59). Así, planteó la duda acerca de que otros que venían de afuera podrían ser responsables de lo sucedido en la base. Pero las interceptaciones telefónicas que dan cuenta de la compra de testigos empañan cualquier versión a favor de su inocencia. Y, al revés, lo de ‘asesino serial’.
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