22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

1).- Las provincias de Cangallo y Víctor Fajardo constituían, para Sendero Luminoso, la zona donde actuaba su base más importante, el ‘comité fundamental’ de la organización terrorista. Ahí se asentaba el mayor contingente de militantes inquebrantables por su causa, los que en 1989 –según documentos senderistas– sumaban 48 miembros de la fuerza principal, 250 de la fuerza local y 1,310 de la fuerza de base.

2).- La comunidad de Accomarca y sus anexos, ubicada en Víctor Fajardo, desde mediados de los años 70, había sido objeto de una intensa campaña ideológica violentista, a cargo de algunos profesores y de universitarios que retornaban a la comunidad. SL llegó a conformar un Comité Popular así como varias ‘escuelas populares’. En una primera incursión armada en 1981, un pelotón senderista asesinó a Narciso Pulido, teniente gobernador de la comunidad, y mediante el temor o convencimiento SL organizó su llamado ‘nuevo poder’.

3).- En la localidad de Llocllapampa, cercana a Accomarca, entre los años 82-84, funcionó una masiva escuela subversiva con jóvenes venidos de pueblos vecinos. “El campamento era todo techado, con ramas de molle, verde nomás”, testimonió a la CVR uno de sus participantes. Cuando se instaló la base militar en Vilcashuamán (1983), el senderismo volvió a la clandestinidad plena, pero advirtiendo: “cuando vengan los militares hay que escapar al monte”.

4).- Días antes de la matanza, hubo un enfrentamiento cerca de Vilcashuamán. Un subversivo herido informó sobre la verdad de Accomarca, lo que Inteligencia comunicó a Los Cabitos. Ahí, el general Mori, con la anuencia de su Estado Mayor, dio la terrorífica orden, de esas que nunca se dieron por escrito. Alertados, los terroristas escaparon. Solo se quedaron los niños, mujeres y los varones mayores.


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