22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

El caso de moda, el de la guerrera supuestamente martirizada por su novio guerrero es, aparentemente, tan poco serio como los consultorios virtuales que lo analizan fingiendo preocupación y buscando sintonía. El supuesto caso de supuesta agresión fue dado a conocer por el “supuesto mejor amigo” de la supuesta víctima en el programa de Magaly. Bien a la corbatita, el buen amigo presentó unos audios que mostraban a una guerrera al borde del suicidio. Ella nunca confirmó las agresiones, lo que no es extraño en mujeres maltratadas; pero fue bien raro encontrar a la supuesta víctima retocándose el peinado en una conocida peluquería después de grabar unas escenitas de la telenovela en la que comparte romance con su supuesto agresor (¿?). Algo no está bien aquí. Como tampoco está bien que figuretis de la psicología decidan quién sufre de trastornos emocionales y quién no en los programas de farándula. Con irresponsabilidad, estos supuestos profesionales diagnostican trastornos en gente que ni siquiera conocen, que nunca han visto en su vida y que menos se han sentado frente a ellos en el rigor de un consultorio. Irresponsabilidad que también practicamos todos los medios cuando tenemos la oportunidad de hablar de salud mental. Según el INEI 2013, en nuestro país siete de cada diez peruanas sufren violencia física, psicológica, verbal o sexual. Un poquito más de seriedad, ¿no?


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