Si quieres hacerla linda en la farándula, ser figura principal de un sintonizado programa de horario estelar, un personaje rentable dispuesto a hacer de todo para que te vean, tienes que ser cínico. Navegar por tu horario con la bandera de la polémica o de la pureza, ambas funcionan. Debes creerte el horrendo título de “animal televisivo” y aceptar de buena gana que hablen de ti por todos lados y de todas las formas. Debe gustarte la atención pública, la exposición salvaje y acostumbrarte a que con tu cara envuelvan pescado. En conclusión, debes desarrollar un pellejo de chancho capaz de protegerte de todo, un cuero cubierto de grasa para que todo te resbale. Pero también debes saber que ese pellejo te protegerá en la pantalla, pero no en la vida real. Si te comportas por la vida como tú crees que puedes portarte en la pantalla, es mejor que te quedes en tu casa. No hay condena peor que vivir haciendo lo que no te gusta solo para recibir un cheque mensual. Hay mucha gente lista para vivir así, dispuesta y haciendo cola, pero gente talentosa es la que hace falta. Recuerda que muchos podrían hacer de todo para no perder el trabajo, pero son muy pocos los que pueden hacer lo que tú haces. No existe satisfacción más grande que tirarte a dormir sabiendo que lo que haces lo haces por placer y no por plata.
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