Cárcel para proxenetas

La organización de ‘fiestas semáforo’, ‘ruletas sexuales’ o ‘quinerrifas’ no está a cargo de los menores, sino que detrás hay adultos que se encargan de todos los ‘detalles’ para facilitar el ilícito sexual (desde la contratación del local hasta la adquisición de licor y drogas). Estas personas podrían recibir una pena de hasta 12 años de cárcel.

Miguel Gonzales Barbadillo, fiscal provincial de Familia de Lima-Norte, advirtió que el “favorecimiento” de la prostitución infantil se castiga con entre 5 y 12 años de prisión. En el caso de la microcomercialización de drogas, la pena máxima es de 7 años.

Dijo que si un adolescente mayor de 14 años participa en la preparación de estos eventos, podría ser internado en un centro de rehabilitación “pues se trataría de un infractor de la ley penal”.

DUEÑOS DE LOCALES
El magistrado indicó que los propietarios de los establecimientos donde se realizan estas fiestas sexuales también son responsables. “No se trata de decir ‘yo solo alquilé el espacio’. Estas actividades son convocadas por las redes sociales, y es poco creíble que los dueños de los inmuebles no sepan nada”, enfatizó Gonzales.

Remarcó que a estas personas se les debe abrir procesos civiles y administrativos, con lo que se procedería al cierre de sus negocios. “La tarea de los municipios es fundamental en esto”, afirmó.

CONTAGIOS SEXUALES
“En estas fiestas clandestinas se ofrece licor y drogas, y los menores desarrollan conductas sexuales de alto riesgo, con las que quedan expuestos a enfermedades de transmisión sexual o al VIH/Sida”, refirió Gonzales Barbadillo luego de manifestar que el Ministerio Público actúa de oficio en estos casos.

Advirtió que, de comprobarse que el adolescente está en estado de abandono, se les podría quitar la patria potestad a sus padres. “Primero hay una suspensión. Pero, de persistir este hecho, se podría retirar esta facultad de manera definitiva”, concluyó.