La organización de ‘fiestas semáforo’, ‘ruletas sexuales’ o ‘quinerrifas’ no está a cargo de los menores, sino que detrás hay adultos que se encargan de todos los ‘detalles’ para facilitar el ilícito sexual (desde la contratación del local hasta la adquisición de licor y drogas). Estas personas podrían recibir una pena de hasta 12 años de cárcel.