22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

“Lava jato” en portugués significa “lavado de auto”. Así se denomina la operación contra la gigantesca corrupción (US$3,800 millones) detectada en Petrobras, basada en obras sobrevaluadas pactadas con las más importantes constructoras locales, a cambio de inmensas coimas a los petrodirectivos y al gobernante izquierdista PT. Si bien aún no es claro qué tanto esto implica a Dilma Rousseff, su imagen ya venía deteriorada al haber ella aprobado –cuando presidió Petrobras (2003-10)– la compra de una refinería en USA por US$1,100 millones cuando esta solo había valido US$42 millones en una venta anterior. Y como Petrobras cotiza en Wall Street, la SEC yanqui ya la investiga por sobornos, lo que podría llevar a la extradición de importantes brasileños, además de hundir la acción bursátil y las finanzas de Petrobras (debe US$170 mil millones). Ya se ha detenido a José Aldemario Pinheiro y Dalton Avancini, presidentes de las constructoras OAS y Camargo Correa, que operan aquí en Perú (OAS ejecuta la Línea Amarilla de Villarán), además de que se allanaron las oficinas de Odebrecht. Espérense que se investiguen las obras en las Olimpiadas y el Mundial… ¿Luis Favre, Villarán, Humberto Campodónico y nuestra izquierda van a comentar algo de esto? Tampoco nuestra izquierda ha dicho nada sobre los asesinatos de los 43 estudiantes mexicanos, ocurridos en un feudo del izquierdista partido azteca PRD

PD: Nunca me va a dejar de ser patética la ahora tan rabiosa antifujimorista Rosa María Palacios, otrora asesora estrella del ex premier fujimorista Pandolfi y jefa de campaña del ex candidato fujimorista edil Juan Carlos Hurtado.


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