Marisol Palacios,Dramaturga
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Mañana empieza el Festival de Artes Escénicas de Lima (FAEL), un gran evento que reúne a 15 elencos teatrales peruanos y nueve espectáculos internacionales. Por ello, conversamos con Marisol Palacios, actriz, directora teatral, dramaturga y hoy gestora cultural quien, desde su cargo de jefa de la División de Teatros Municipales de la Municipalidad de Lima, organiza el evento. Los abonos para el FAEL ya se venden en Teleticket. Va hasta el 18 de noviembre. Informes: teatrosmunicipales@munlima.gob.pe
Decidiste ser mamá grande ya.
Sí, a los 45 años, y de mellizos. Y me decidí tarde quizás porque pertenezco a la generación que creció en los 80, tremendamente golpeada por la guerra interna, situación que hacía muy difícil sostener una familia. No tomé esta decisión como un asunto de libertad, pero sí estaba muy concentrada en mi chamba, tenía ambiciones, metas en la vida, y en mi cabeza no estaban los hijos. Además, quienes estamos metidos en esto sabemos que el arte es un apostolado.
Y ya convertida en madre, ¿sientes que tu vida es hoy más completa?
Sí, aunque sea un cliché decirlo (ríe). Ser madre es una completa revolución, nos cambia los objetivos, y uno deja de ser el centro de nuestra vida. Un hijo te arraiga, te anida, te hace pisar tierra y te lleva hacia la acción y la madurez. Además, ya no tomo decisiones por mí misma, sino en familia.
Tu pareja es ‘Wicho’ García, el cantante de Mar de Copas, a quien te oí llamar ‘sabio’…
La sabiduría es conocimiento en acción. Todos podemos tener conocimientos pero, si no los llevamos a la acción, no sirven de nada. Y ‘Wicho’ tiene esto, a pesar de que él es un lago y yo tormenta (ríe). Por eso nos equilibramos. Además, ‘Wicho’ puede ser, a la vez, rabioso y contestatario, y un ser que ama el amor.
Protagonizaste dos películas muy importantes para el cine peruano: Caídos del cielo y Reportaje a la muerte…
Caídos del cielo, de ‘Pancho’ Lombardi, ganó el Premio Goya (España) y los reflectores se dirigieron hacia mí. Sí, pues, ser una ‘estrella’ del cine peruano es algo muy chistoso (ríe). Tenemos la fantasía de que un actor es todo lo que Hollywood plantea, pero acá el ‘star system’ no existe, aunque está comenzando a aparecer, y me parece genial. Por entonces, todo era muy artesanal: hasta la edición se hacía tijera en mano. Pero yo nunca me sentí la figura del cine nacional porque, además, las cintas eran esporádicas. Sí agradezco las puertas que se me abrieron: pude irme becada a estudiar dirección teatral en Francia.
Pero, además de ser una competente directora de teatro, escribes, eres una dramaturga…
Como siempre he sido tímida, retraída, actuar siempre me costó un montón. Por eso, desde pequeña, lo que más hago es escribir: cuentos, poemas, dramas, etcétera. Sin embargo, al teatro me metí porque quería ser actriz, pero mientras estudiaba actuación, me di cuenta de que me encantaba dirigir. Esto tiene que ver con dos aspectos: 1. Mi vocación por crear un universo y, para eso, se requiere un poder impresionante. 2. Me siento más cómoda fuera del escenario.
Escribiste Morir de amor, una obra buena, divertida y pop…
No quiero que me encasillen, me gusta migrar, ser capaz de hacer una obra pop y, luego, un drama existencial. No imaginé que Morir de amor iba a pegar porque es un musical no tradicional. En realidad, lo que me gusta es comunicar. Yo necesito tener una relación directa con lo que cuento, sentirlo, vivirlo y, luego, comunicarlo. Primero busco en mi interior lo que deseo decir acerca de un tema. Por eso, por este proceso tan intenso, no puedo escribir tan seguido.
Y ahora, desde la Municipalidad de Lima, te has convertido en una gestora cultural…
(Ríe). Sí. Y tiene que ver con el arraigo, con mi condición de madre. Llega un momento en la vida de toda persona en que tiene que empezar a construir, ya no pensando en uno mismo, sino en su sociedad. Nos pasamos el tiempo quejándonos; mirar y criticar es muy fácil, pero ¿qué hacemos para mejorar las cosas? Yo no busqué estar aquí pero, ya que me tocó, lo acepté y agradezco estar aquí, más aún porque tenemos todo el apoyo de Susana Villarán, la alcaldesa: le proponemos un proyecto y este se realiza.
En este contexto, tú y tu equipo organizan el Festival de Artes Escénicas de Lima (FAEL), un evento muy ambicioso…
Hace tiempo que Lima necesitaba un gran festival escénico. Un evento así permite que veamos cuál es el nivel de nuestras artes escénicas, que nos comparemos y, obviamente, que la gente de otros países que llega al FAEL nos vea. Hay que exportar a nuestros artistas y su trabajo. Además, el ciudadano tiene el derecho de acceder a la cultura pues esta te hace una mejor persona y, a partir de ahí, ayuda a construir una mejor ciudad, un mejor país. Por eso, desde la Municipalidad de Lima, la promovemos.
AUTOFICHA
- ‘Wicho’ García, el cantante de Mar de Copas y Narcosis, es mi pareja. No lo vi con Narcosis porque, a pesar de que me gustaba su música, los conciertos eran muy intensos.
- Tenía una imagen mítica de ‘Wicho’, pensaba que era un rockero salvaje, pero encontré a un hombre zen, tímido y, a la vez, sabio.
- Quiero contar muchas historias, no encasillarme. La verdad, me encantaría dirigir teatro, actuar en películas, pero no actuar nunca más en el teatro (ríe).
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