Deja el poder François Hollande, el hombre que presidió un difícil quinquenio cuando Francia sufrió el peor periodo de terrorismo de su historia; graves problemas económicos y el auge del euroescepticismo. Sin embargo, Hollande logró equilibrar la vibrante democracia francesa manteniendo un necesario estado de emergencia.
Hollande se marcha percibido como un presidente débil, y ¿por qué? Si no desistió nada que comprometiera la seguridad de Francia, y no se amilanó para asistir a naciones que requirieron su ayuda militar para enfrentarse a grupos islamistas radicales en Malí, República Centroafricana, Iraq y Siria.
También Hollande actuó en tándem con Obama para confrontar a Putin tras la invasión rusa a Crimea y por sus violaciones de Derechos Humanos. Se marcha también, considerado como un presidente sin mayor trascendencia, y ¿por qué? Si Hollande gobernó con un proyecto claro y pragmático con políticas “ambidiestras” como una dura ley laboral muy repudiada pero que ha estabilizado el empleo en su país, y a la vez, sin excesiva austeridad fiscal.
También aprobó el matrimonio homosexual y dio trampolín a todas las tendencias dentro del Partido Socialista: a Valls, su “derechista” primer ministro, a Macron, su “centrista” ministro de economía, y Hamon, su “izquierdista” secretario de educación y candidato de los socialistas.
¿Por qué Hollande deja el poder como el presidente más impopular de Francia en décadas? Tal vez porque trastornos históricos como el Brexit; el terrorismo religioso con tecnología de punta; la aparición de estrellas fugaces de la política (Sarkozy antes, Macron ahora, etc.) y otras de la antipolítica (Trump, Le Pen, etc.) desvalorizan a los gobernantes serios y discretos. ¿Quién sabe, qui sait, Hollande?
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