A partir de 2008, la humanidad comprendió que el capitalismo con escasa regulación conduce a una crisis que plantea una reforma, una vez que el comunismo había demostrado su fracaso histórico (caída de la Unión Soviética; la transformación de China; Venezuela, Argentina y otros países repitiendo modelos estatistas calamitosos). Entonces, los partidos de izquierda moderada se alzaron como alternativa en muchos países.
En Francia gobernó el Partido Socialista de Hollande; en España entre el Partido Socialista (PSOE) y PODEMOS obtuvieron suficientes votos para formar gobierno; en Estados Unidos se presumió que Hillary Clinton ganaría y seguiría la ruta liberal de Obama. ¿Y qué pasó?
En Francia, el presidente socialista Hollande renunció a la reelección por su baja popularidad, habrá tres candidatos de izquierda en las próximas elecciones: el oficialista Benoît Hamon, quien ganó sorpresivamente al ex premier Manuel Valls las primarias del partido; el disidente ex ministro de economía, Emmanuel Macron con un nuevo partido y el ex socialista Jean-Luc Mélenchon se presenta con el radical Frente de Izquierda, dejando un escenario probable de una segunda vuelta entre el conservador Fillon y la ultra nacionalista Marine Le Pen.
En España, el Partido Socialista (PSOE) y PODEMOS tenían los votos para conformar un gobierno, pero el radicalismo de Pablo Iglesias lo impidió y el PSOE quedó descabezado de liderazgo. Ahora PODEMOS se pelea entre el liderazgo de Iglesias e Íñigo Errejón. En Estados Unidos, el discurso nacionalista de Trump caló y la apatía de millones de personas que no votaron dejó a su sociedad y al mundo en un caos geopolítico.
No solo los ricos, sino también muchos izquierdistas de alma o de salón también lloran.
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