Hace casi un mes empezó la ola de protestas en Venezuela iniciada por estudiantes de la ciudad de San Cristóbal contra el régimen de Nicolás Maduro, debido al incremento de la inseguridad. Pasaron los días y las manifestaciones se extendieron a otros puntos del país, sumando a los reclamos la crisis económica, la escasez de productos, la tensión política y los constantes ataques a la libertad de expresión.
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*El saldo es 18 muertos, cientos de heridos, torturas, 1,044 detenciones *y 888 medidas cautelares, según cifras oficiales y opositoras.
Diariamente, Venezuela amanece en medio de barricadas y una dura represión. Mientras eso pasa en las calles, surgen principalmente tres interrogantes: ¿Qué ocurre con las fuerzas opositoras: están alineadas o fragmentadas?, ¿qué está pasando en las relaciones Gobierno-Fuerzas Armadas? y ¿hasta dónde llegará la pugna diplomática?
OPOSICIÓN EN LA CALLE
Para el analista político venezolano Roberto Giusti, se está produciendo un fenómeno inédito con las fuerzas opositoras. “Está pasando algo que no había ocurrido en 15 años a través de las marchas espontáneas de los estudiantes, los focos de protesta no están solo en las grandes ciudades sino que han llegado a las áreas rurales”, explica a Perú21.
Giusti aclara que nadie está centralizando o controlando o estimulando estas manifestaciones, pues se trata de muchos liderazgos regionales. “Quizás el único que podría haberse llamado el líder de este movimiento es Leopoldo López, pero está preso”, añade.
En el caso de Henrique Capriles, el analista explica que tiene un liderazgo sólido, pero “él no quiere intervenir directamente en los actos de protesta. Ha sido respetuoso de los territorios y de no ‘partidizar’ algunas actividades. Aquí los partidos no están jugando un papel preponderante”.
Las clases populares eran fieles al gobierno, porque hasta hace poco había recursos para redistribuir, pero la gente está sufriendo de escasez de alimentos y ello es ‘combustible’ para las manifestaciones. En ese sentido, la oposición luce fragmentada; por un lado los líderes políticos –que no están alineados necesariamente–, y por otro lado, los estudiantes y los movimientos regionales. La temperatura de la calle se medirá día a día.
GOBIERNO-FF.AA.
En tanto, las protestas superan los liderazgos nacionales, los cuarteles son una caja negra. De acuerdo con el sociólogo venezolano Trino Márquez, las FF.AA. están sumamente politizadas.
“El gobierno tiene el control. Maduro se ha consolidado con las Fuerzas Armadas, y el ‘generalato’ se ha declarado chavista”, analiza Márquez para Perú21.
Por su parte, el periodista venezolano Nelson Bocaranda asegura que se trata de un gobierno militar-cívico. “Maduro se encuentra rodeado, cada vez más, de militares. Está sentado sobre el poder militar. Encima, los cubanos lideran el comando operativo”, dice Bocaranda .
Las denuncias de malversación de millones de dinero en compra de armamento, más bien, han fortalecido el poder que tiene Maduro sobre los militares. “Venezuela está más militarizada que nunca. Ha nombrado muchos ministros militares y se apoya en ellos”, agrega el periodista.
PUGNA DIPLOMÁTICA
La crisis venezolana traspasa fronteras y la pugna diplomática podría definir su futuro. Caracas lucha por consolidar un bloque de países prochavistas. El canciller venezolano, Elías Jaua, solicitó formalmente una sesión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para discutir sobre la ola de protestas.
Pero el internacionalista Ernesto Velit duda que Brasil apoye a Maduro, como ya lo han hecho Ecuador, Bolivia y Argentina. “No creo que la presidenta Dilma Roussef ponga en riesgo el prestigio que tiene Brasil. Incluso, este país nunca estuvo muy de acuerdo con la formación de la Unasur”, expresa Velit a este diario.
El experto señala que un pronunciamiento de la OEA que recoja lo que está sucediendo en Venezuela va a despertar la indiferencia y “tiene más fuerza que uno de la Unasur”. Además, aclara que el apoyo de Ecuador, Argentina y Bolivia no ha contribuido a fortalecer el poder de Maduro.
El futuro del mandatario venezolano parece así aferrarse al poder militar y al apoyo internacional. Y en las calles, el volumen del ruido opositor se definirá en el día a día.
SABÍA QUE
- La periodista italiana Francesca Commissari fue detenida el viernes por la noche por la Guardia Nacional Bolivariana.
- El Sindicato Nacional de Periodistas informó que hay otros 40 detenidos.
- El gobierno demandará al diario español ABC y a su corresponsal en Venezuela, acusándolos de “manipular” la información, dijo la ministra de Información y Comunicación, Delcy Rodríguez.
LA HORA DE LA VERDAD
Análisis de Eduardo Ponce Vivanco, diplomático y exvicecanciller peruano
Indigna la fuga emprendida por Venezuela para escapar de la Carta Democrática Interamericana –un acuerdo que la obliga– y de las instancias de la OEA encargadas de aplicarla. Su Canciller visita los países que conforman la mayoría de Unasur para que reasuman el rol encubridor que protegió a Maduro en Lima cuando fue fraudulentamente elegido.
Los gobiernos dignos no deben permitir que los empujen al mismo matadero antidemocrático que avaló esa farsa. Sudamérica es responsable de la implantación del modelo chavista que burla la democracia y actúa como si el Estado de Derecho fuera un adorno prescindible. El voto amañado y frecuente convertido en trampolín para entronizar “democracias dictatoriales” mediante asambleas que cambian constituciones, abriendo la puerta a la reelección indefinida y al ocaso de la libertad y de la ley. Una ignominiosa corruptela que la región convalida con indolencia.
Dueños de la mayoría, ALBA y Mercosur pretenderán imponer la convocatoria a los cancilleres de Unasur. Y utilizarán las cobardías que facilita el sistema del consenso para imponer también la decisión de avocar competencia en el caso de Venezuela y blindar a Maduro, inventando soluciones a la medida de sus necesidades. Así ganarán la mano y bloquearán a la OEA, aduciendo que es un instrumento del imperialismo para violar el principio de no intervención.
El Perú no puede prestarse a ese juego. La forma limpia de evitarlo –y de ser consecuentes con la política anunciada por el nuevo Premier en La Hora N– es tener el valor de no aceptar la convocatoria de Unasur, porque favorecemos que la OEA defienda el derecho a la democracia, garantizando la aplicación de las normas y mecanismos establecidos en la Carta Democrática Interamericana aprobada en Lima. No hay lugar para medias tintas.
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