Los 28 ministros del Exterior de la Unión Europea (UE) pidieron hoy una “fuerte respuesta” al ataque con armas químicas del 21 de agosto en Siria, al considerar que hay “fuertes indicios” de que el régimen sirio de Bashar al Assad fue el responsable, señalaron en una declaración común adoptada en Vilna.
Sin embargo, no respaldaron explícitamente una actuación militar y pidieron de forma indirecta a Estados Unidos que espere a la presentación del informe de los expertos de la ONU antes de decidir una eventual intervención.
El secretario de Estado, John Kerry, participó durante varias horas en las deliberaciones.
“Estamos muy agradecidos por la fuerte declaración tras este encuentro”, dijo en la capital de Lituania, que ostenta la presidencia de turno de la UE. La UE ha destacado sobre todo que el régimen de Assad tendrá que responder “por lo que ha hecho”, señaló.
En la declaración de los ministros europeos se señala que el régimen de Assad es el único que dispone de armas químicas y que está en situación de emplearlas en grandes cantidades.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, habló de una “seria violación del derecho público internacional, que exige una respuesta adecuada”.
“Una respuesta clara y fuerte es importante para dejar claro que esos crímenes son inaceptables y no pueden quedar impunes”, señala el comunicado del encuentro.
El acuerdo común fue posible gracias al anuncio del presidente francés, François Hollande, de que no tomaría decisión alguna antes de ver el informe de los inspectores.
Los ministros esperan “lo antes posible” un informe provisional de los inspectores y “saludan la declaración del presidente Hollande, de esperar ese informe antes de una posible actuación”. Kerry manifestó su comprensión por ese deseo de los europeos, pero no hizo promesas concretas al respecto.
“No hemos pedido a Kerry que prometa nada”, dijo Ashton. “Le corresponde a él decidir si informa al presidente Barack Obama y reflexionar sobre lo deliberado”, señaló. Fuentes diplomáticas de la UE dijeron que esperan una decisión del Congreso estadounidense sobre una eventual acción militar a mediados de septiembre.
Durante la reunión en Vilna, el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, anunció la adhesión de su país a posteriori a una declaración adoptada en el marco de la cumbre del G20 en San Petersburgo, en la que diez Estados manifestaron su respaldo a la posición del presidente estadounidense, Barack Obama.
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