La periodista bielorrusa Svetlana Alexievich es la flamante ganadora del Premio Nobel de Literatura. Su nombre y su obra no son muy conocidos para la mayoría de las personas, pero aquí puedes descargar las primeras páginas de ‘Voces de Chernóbil. Crónica del futuro’, un libro documental de 1997.
[Svetlana Alexievich estaba planchando cuando se enteró que ganó el Premio Nobel de Literatura]
‘Voces de Chernóbil. Crónica del futuro’ documenta las vivencias orales sobre el trauma que supuso la mayor catástrofe nuclear de la historia de la humanidad, registrada en la actual Ucrania en 1986.
‘Voces de Chernóbil. Crónica del futuro’ fue traducido al castellano en 2006 por la editorial Siglo XXI y reimpreso en 2014 por Penguin Random House. La última edición salió en enero de 2015 con DeBols!llo.
Aquí te proporcionamos el enlace de la página web alexievich.info, cuyo contacto es la agente literaria Galina Dursthoff.
[VOCES DE CHERNÓBIL, DE SVETLANA ALEXIEVICH (PDF)]
Tras el reconocimiento con el Premio Nobel de Literatura a Svetlana Alexievich, la editorial Debate publicará en noviembre próximo y en castellano ‘La guerra no tiene rostro de mujer’ (1983), la primera obra de la escritora biolorrusa.
Cabe señalar que ‘La guerra no tiene rostro de mujer’ está considerado una obra maestra del periodismo de investigación sobre las mujeres que combatieron en la Segunda Guerra Mundial.
[La cuenta falsa de Svetlana Alexievich, lo que dejó el Nobel de Literatura en Twitter]
Además, le costó a Svetlana Alexievich ganarse la enemistad de las autoridades soviéticas, quienes le acusaron de “naturalismo y pacifismo”, unas críticas que en esos tiempos impidieron su publicación.
La editorial Debate también publicará estos títulos de Svetlana Alexievich: ‘Los chicos del latón’, en 2016 y ‘Los últimos testigos’, en 2017.
¿POR QUÉ LEER A SVETLANA ALEXIEVICH?
Svetlana Alexievich es autora de libros sobrecogedores sobre la catástrofe de Chernóbil o la guerra de Afganistán que están prohibidos en su país, que no le perdona el retrato que hizo del “homo sovieticus”, un ser incapaz de ser libre.
Muchos de sus compatriotas la leen, aunque el régimen autoritario del presidente Alexander Lukashenko impide sus apariciones públicas en Minsk, donde reside parte del año. Ella abandonó su país en el año 2000 y estuvo viviendo en París, Gotenburgo y Berlín. En 2011, volvió a la capital de Bielorrusia.
“Respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin”, dijo la autora en una rueda de prensa en Minsk, capital de Bielorrusia, tras ganar el Nobel de Literatura.
Con este premio, el régimen de Minsk “estará obligado a escucharme. Hay tantas personas cansadas que ya no tienen la fuerza de creer. (El galardón) puede significar algo para ellas”, afirmó Svetlana Alexievich al diario sueco Svenska Dagbladet.
“Es una recompensa no solo para mí, sino también para nuestra cultura, nuestro pequeño país. Es difícil ser una persona honesta, pero no hay que hacer concesiones ante el poder totalitario”, puntualizó.
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