La Policía rusa encontró los cadáveres de dos mujeres en la ciudad de Kazan con un mensaje que exigía la libertad de las integrantes de la banda punk feminista Pussy Riot, condenadas a dos años de prisión por realizar un “rezo punk” contra el presidente Vladimir Putin dentro de una catedral.
Aunque un investigador ruso alertó que el asesino posiblemente trató de despistar a las autoridades. La supuesta relación entre el homicida y los manifestantes que se oponen a la gestión del Putin fue inmediatamente abordada en los medios rusos y por simpatizantes del gobierno.
Algunas publicaciones tuvieron encabezados que afirmaban que los simpatizantes de las Pussy Riot “cometieron” o “inspiraron” los homicidios. A mediados de agosto, una corte de Moscú sentenció a las tres jóvenes a dos años en prisión al hallarles culpables de vandalismo motivado por odio religioso.
El juicio que afrontaron, considerado por muchos como una maquinación del Kremlin, llevó a protestas internacionales y celebridades como Paul McCartney quienes pedían la liberación de la agrupación musical.
El abogado de las integrantes de la banda señaló mediante su cuenta de Twitter que los homicidios eran “o una provocación horrenda o se trata de un psicópata”. “Lamento que algunos locos estén usando el nombre de Pussy Riot”, señaló el letrado Nikolai Polozov, citado por la agencia Interfax.
La Comisión Investigadora de Rusia dijo que las mujeres, que tenían 76 y 38 años, fueron asesinadas la semana pasada en su apartamento en la ciudad de Kazan y el mensaje que se encontró decía “Free Pussy Riot” (Liberen a Pussy Riot en inglés) en una de las paredes, “presumiblemente” escrito con sangre.
La substancia con la que fue escrito el mensaje aún no ha sido confirmada, según un comunicado policial. La agencia no reveló el nombre de las mujeres ni detalles sobre su ocupación o si tenían alguna relación con la banda.
El tabloide ruso Lifenews citó a un investigador no identificado quien dijo que los rostros y los cuerpos de las víctimas estaban desfigurados por los múltiples golpes que recibieron.
En tanto, Andrey Sheptitsky, un experto forense de la ciudad de Kazan, refirió que el asesino era un psicópata o un drogadicto que trató de encubrir el crimen atribuyéndoselo a los simpatizantes de la banda.
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