El Papa Francisco confirmó hoy a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que viajará a Río de Janeiro el próximo julio para participar en la Jornada Mundial de la Juventud convocada por su predecesor Benedicto XVI.
En declaraciones a la prensa después de una audiencia privada con el argentino Jorge Mario Bergoglio en el Vaticano, Rousseff aseguró que el Papa le expresó su intención de aprovechar su viaje a Brasil para visitar también el santuario de Nuestra Señora de Aparecida, situado en el estado de Sao Paulo y donde rezaron también Juan Pablo II en 1980 y Benedicto XVI en 2007.
El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, confirmó sin entrar en detalles que Rousseff renovó al Papa la invitación para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud, macroevento católico celebrado por última vez en agosto de 2011 en Madrid y que tendrá lugar en su próxima edición en Río del 23 al 28 de julio.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, aprovechó la audiencia que el nuevo Papa le concedió el lunes para invitarlo a visitar también su Argentina natal coincidiendo con su visita al encuentro con la juventud en Brasil.
Por el momento, el Vaticano no ha publicado la agenda de viajes del Papa, pero América del Sur podría ser el primer destino fuera de Europa del primer pontífice latinoamericano en la historia de la Iglesia católica, con la visita a Brasil y posiblemente también a Argentina. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, lo invitó igualmente el martes a visitar su país, al saludarlo después de la misa de inauguración del pontificado.
Francisco recibió a Rousseff en una audiencia de 30 minutos de duración en la Biblioteca Privada del Vaticano. Según la presidenta brasileña, el nuevo Papa le expresó su solidaridad a Brasil por la tragedia ocurrida en la discoteca de la ciudad de Santa María el pasado 27 de enero, en la que 241 jóvenes murieron en un incendio.
Rousseff, quien habló con Francisco en una mezcla de español y brasileño sin necesidad de intérprete, aseguró que el papa se mostró “muy comovido por lo ocurrido en Santa María” y consideró que el país “ha demostrado fuerza y compasión”, palabras ante las que la presidenta brasileña se mostró “muy agradecida”.
La mandataria, la segunda jefa de Estado después de Fernández en ser recibida en audiencia privada por el nuevo papa, se deshizo en elogios sobre Francisco. “Es un gran papa, una persona extremadamente carismática y que al mismo tiempo se siente animada por su gran empeño a favor de los pobres”, dijo Rousseff, quien al mismo tiempo calificó a Bergoglio de “muy normal” y “humilde”.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.