El papa Francisco rindió homenaje a “los últimos, a los marginados” durante la primera Misa del Gallo de su pontificado en la basílica de San Pedro, al recordar que fueron ellos los primeros que entendieron el alcance para la humanidad del nacimiento de Jesús.
“Jesús ha puesto su tienda entre nosotros. Los pastores fueron los primeros que vieron esta ‘tienda’, que recibieron el nacimiento de Jesús. Fueron los primeros porque eran de los últimos, de los marginados”, dijo el prelado de la Iglesia Católica en su homilía.
“Somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de nosotros– hay tinieblas y luces. Cuando el espíritu de las tinieblas cubre el mundo, se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz”, añadió.
Ante los miles de peregrinos y turistas que asistían a la solemne misa en el mayor templo de la catolicidad, el Sumo Pontífice argentino volvió a referirse a los pobres y a los más desfavorecidos.
“Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la luz, pero si nuestro corazón se cierra, prevalece el orgullo, la mentira, la búsqueda del propio interés, entonces las tinieblas nos rodean por dentro y por fuera”, afirmó.
En la misa, concelebrada con 30 cardenales, 40 obispos, 250 sacerdotes y 14 diáconos, participaron 100 curas para dar la comunión a los cientos de creyentes presentes.
El primer pontífice latinoamericano, de 77 años, recorrió la imponente iglesia para oficiar la misa solemne que conmemora el nacimiento de Jesús, la cual fue transmitida en directo por televisión en unos 65 países.
La misa comenzó con el canto en latín de la ‘Kalenda’, que recapitula la espera del advenimiento de un mesías en el Antiguo Testamento, tras lo cual la basílica fue iluminada para simbolizar el anuncio del nacimiento de Jesucristo.
El coro de la Capilla Sixtina, formado por 80 elementos, acompañó la procesión de los celebrantes con el canto del “Gloria” y las campanas de San Pedro repicaron para anunciar el nacimiento del Niño Jesús.
Como novedad respecto al resto de pontífices, el papa Francisco quiso depositar personalmente la imagen del Niño Jesús en el pesebre colocado ante un trono.
Jorge Bergoglio volverá a asomarse mañana al balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro como cuándo fue elegido papa, para leer su mensaje de Navidad e impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’ (a la ciudad y al mundo).
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