El Papa Francisco reclamó en su primer mensaje de Navidad “Urbi et Orbi” una paz que “no sea de fachada” para el mundo y pidió que se ponga fin a la violencia en Siria y África tras condenar la trata de seres como delito contra la humanidad.
Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el primer papa latinoamericano, que fue muy aplaudido al aparecer vestido con hábito blanco frente a una multitud congregada en la plaza de San Pedro, pidió paz para los hombres, pero una paz que “no sea de fachada, que esconde luchas y divisiones”, dijo.
“La verdadera paz no es un equilibio de fuerzas opuestas. La paz es compromiso cotidiano, es artesanal, que se logra contando con el don de Dios”, clamó en su breve pero denso mensaje.
El Sumo Pontífice argentino pidió también que “se ponga fin a la violencia en Siria y se garantice el acceso a la ayuda humanitaria”.
“Demasiadas (vidas) ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto en Siria, generando odios y venganzas”, reconoció el pontífice, que le dedicó en septiembre una jornada mundial de oración cuando parecía inminente un ataque estadounidense a ese país.
Francisco imploró también para que reine la paz en varios países de África, entre ellos la República Centroafricana, “a menudo olvidada por los hombres” y Sudán del Sur, donde las tensiones “amenazan la pacífica convivencia” de ese joven Estado.
El Papa jesuita pidió por las negociaciones entre israelíes y palestinos y que “sanen las heridas de Irak, golpeado por frecuentes atentados”.
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