Uno de los asesinos más temidos de Colombia, acusado de decenas de crímenes y ataques con bombas ordenados por el extinto jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, salió este martes en libertad condicional tras pagar una condena de 22 años en una cárcel de alta seguridad, informó la Policía.
Jhon Jairo Velásquez, alias ‘Popeye’, salió en medio de un fuerte dispositivo de seguridad de la cárcel de Cómbita (departamento de Boyacá). La expectativa por su salida era alta desde el viernes pasado, cuando un juez de la ciudad de Tunja autorizó su libertad por pena cumplida.
‘Popeye’, de 52 años, cumplió tres quintas partes de su condena por los delitos de asesinato, secuestro, terrorismo, narcotráfico y asociación ilícita para delinquir.
Además, recibió el beneficio de la libertad condicional porque trabajó y estudió en la cárcel, y porque colaboró con la Justicia en varios procesos por los ataques terroristas y secuestros cometidos por el cartel de Medellín.
Se supo que durante los últimos 12 años Velásquez trabajó como recuperador ambiental y consiguió el cuarto mejor puntaje en Boyacá en una prueba hecha por un organismo estatal a los estudiantes de último año de secundaria.
Velásquez fue el jefe de pistoleros del máximo líder del Cartel del Medellín durante la sangrienta guerra que libró esa organización criminal contra el Estado colombiano en la década de 1980 y comienzos de los años 90.
ELUDIÓ A LA PRENSA
Desde el viernes decenas de periodistas se apostaron en la puerta principal de la prisión, pero el procedimiento se demoró mientras su defensa pagaba una caución de 9’000,000 de pesos (unos US$4,700) y se diseñaba una operación especial de seguridad para su salida.
Diversos medios informaron este martes sobre la salida de ‘Popeye’ en un auto de la Defensoría del Pueblo escoltado por cinco patrullas de la Policía que lo trasladaron hacia algún sector de Bogotá, en un recorrido de 170 kilómetros.
Sin embargo, el diario El Tiempo señaló que en realidad ‘Popeye’ salió sin escoltas en un auto con las luces apagadas por otra puerta de la prisión, mientras que la caravana fue usada para despistar a los reporteros.
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