Autoridades mexicanas hallaron cuatro fosas clandestinas con cuerpos calcinados, que podrían pertenecer al grupo de 43 estudiantes desaparecidos el pasado 26 de setiembre, en uno de los peores episodios de la violencia desatada por el crimen organizado en México.
El procurador general, Jesús Murillo, dijo que las fosas están ubicadas en las cercanías de Iguala, una de las principales ciudades del convulsionado estado de Guerrero, donde el fin de semana fueron hallados 28 cuerpos también quemados en cinco fosas clandestinas.
El funcionario dijo, en conferencia de prensa, que hay cuatro nuevos detenidos, que hacen un total de 34, de los cuales 26 son policías municipales y el resto pertenecería a un grupo delictivo que se hace llamar ‘Guerreros Unidos’.
Por su parte, el procurador de Justicia del estado de Guerrero en México, Iñaky Blanco, reveló que el director de Seguridad Pública de la ciudad, Francisco Salgado Valladares, fue señalado como la persona que ordenó a los agentes a su cargo ir a donde estaban los 43 estudiantes y detenerlos el 26 de setiembre pasado.
Los estudiantes de la escuela de formación de maestros rurales de Ayotzinapa fueron entregados a un cabecilla criminal identificado como ‘El Chucky’ y es este quien habría ordenado matar a 17 jóvenes en un cerro. Hasta la fecha, se desconoce qué pasó con los demás.
Blanco añadió que Salgado Valladares se encontraba “involucrado” con la banda ‘Guerreros Unidos’. Asimismo, el testimonio de cuatro miembros de la organización ha permitido conocer “hasta qué grado estaba infiltrado e involucrado este grupo de delincuencia organizado en la Policía municipal de Iguala”.
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