Más de 100 personas murieron y unas 230 estaban desaparecidas hoy luego de que una embarcación con inmigrantes africanos se incendió y se hundió frente a las costas de la isla de Lampedusa, en el sur de Italia.
El desastre se produjo cuando el motor de la embarcación dejó de funcionar y la nave comenzó a hundirse, dijo el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano. Las personas a bordo quemaron una sábana para llamar la atención de posibles rescatistas, lo que inició el incendio.
“Una vez que el fuego comenzó, hubo preocupación de que el barco naufragara y todos se movieron hacia un lado, haciendo que la embarcación se hundiera”, agregó el ministro.
El barco de unos 20 metros de eslora se hundió a casi un kilómetro de la costa.
Los cadáveres rescatados del agua eran colocados en el muelle, mientras aumentaba la tasa de muertos en el que sería uno de los peores desastres en la peligrosa ruta que recorren los inmigrantes que buscan llegar a Europa desde África.
Buzos italianos encontraron unos 20 cuerpos más bajo las aguas cerca de la embarcación hundida, dijo un funcionario de la Guardis Costera, lo que elevaría la cifra total de fallecidos a unos 114.
“Es horrible, parece un cementerio, los siguen trayendo”, declaró la alcaldesa de Lampedusa, Giusy Nicolini, a la prensa.
Alfano señaló que tres niños y dos mujeres embarazadas estaban entre las víctimas.
Este desastre ocurrió apenas cuatro días después de que 13 inmigrantes murieron al naufragar su embarcación en el este de Sicilia.
El presidente italiano, Giorgio Napolitano, manifestó que la Unión Europea (UE) necesitaba tomar medidas para poner fin a “una sucesión de muertes masivas de personas inocentes”.
El Papa Francisco, que viajó a Lampedusa en julio en su primera visita fuera de Roma para atraer la atención sobre el fenómeno, dijo que sentía “mucha pena” por las “víctimas del último trágico naufragio de hoy en Lampedusa”.
“La palabra que viene a mi mente es ‘vergüenza’, manifestó Francisco en declaraciones espontáneas luego de brindar un discurso en el Vaticano. “Unamos nuestras fuerzas para que este tipo de tragedias nunca vuelva a suceder”, agregó.
Casi 500 personas murieron o están desaparecidas tras intentar cruzar desde Túnez a Italia el año pasado, según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Este año se ha sumado una avalancha de miles de refugiados de la guerra civil en Siria.
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