Irak se tiñe de sangre. Al menos 38 personas murieron hoy y 70 resultaron heridas en dos atentados contra la comunidad cristiana en el sur de Bagdad, uno de ellos contra una iglesia en la que se celebraba la misa de Navidad.
A pesar del aumento de las medidas de seguridad en estas fechas, un coche bomba estalló frente a la iglesia de la Virgen María en el barrio bagdadí de Al Dura.
Esta explosión, que se registró cuando los fieles cristianos salían del templo tras la misa, causó la muerte de al menos 27 personas y heridas a 56, informaron a Efe fuentes policiales.
También en Al Dura, un barrio de mayoría suní pero que cuenta con una importante comunidad cristiana, tres bombas estallaron en el mercado de Azurrien.
Once personas fallecieron y 14 resultaron heridas en este mercado, muy frecuentado por los cristianos, cuyos comercios sufrieron grandes destrozos materiales.
No solo los cristianos fueron hoy objetivo de atentados. Al menos ocho personas murieron y otras doce resultaron heridas en varios ataques perpetrados en otras localidades del país, especialmente contra los chiíes y las fuerzas de seguridad, afirmó a Efe una fuente policial.
Asimismo, militares abatieron a siete supuestos terroristas y cuatro soldados resultaron heridos en el desierto de la provincia de Al Anbar (oeste), donde se desarrolla una operación militar contra los combatientes de la red Al Qaeda que se refugian en la zona.
Por el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría de los atentados contra la comunidad cristiana, aunque es probable que hayan sido perpetrados por el Estado Islámico de Irak, vinculado a Al Qaeda.
La minoría cristiana, que representa algo menos del 3% de la población iraquí, tuvo que reducir este año las celebraciones de la Navidad, debido a la inestabilidad y el repunte de la violencia en los últimos meses.
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