Los cardenales se reúnen este lunes por última vez antes de encerrarse en la Capilla Sixtina para la elección del nuevo Papa, en medio del debate sobre si la Iglesia necesita un pontífice administrativo que corrija la caótica burocracia del Vaticano o un papa pastoral que pueda inspirar a los fieles y hacer que el catolicismo sea relevante otra vez.
Varios cardenales tenían programado hablar a puerta cerrada el lunes, lo que indica que los prelados todavía tienen mucho que analizar antes de encerrarse el martes por la tarde en la Capilla Sixtina para una primera votación.
Entre los retos más importante que tendrá el Papa número 266 figuran limpiar la podredumbre puesta al descubierto por el caso Vatileaks, impulsar el diálogo con el islam, afrontar de una manera valiente el papel de la mujer en la Iglesia y la postura oficial ante la bioética.
Esto requiere de un Papa fuerte, carismático, capaz de habar un lenguaje moderno, que sepa estar al lado de los pobres y a la vez devuelva al Vaticano su influencia perdida
En el cónclave, participarán 115 cardenales que tenían menos de 80 años cuando Benedicto XVI renunció. Dos prelados elegibles no asistirán, uno por razones de salud y el otro por estar involucrado en un escándalo sexual.
Los cardenales emitirán su primer voto este martes. Desde el miércoles votarán dos veces en la mañana y dos veces en la tarde, y suspenderán la votación el sábado si no eligen un Pontífice. Para ganar, un candidato necesita una mayoría de dos tercios, o al menos 77 votos.
FAVORITOS
El arzobispo de Milán, Angelo Scola, y el de Sao Paulo, Odilo Scherer, son los favoritos para suceder a Benedicto XVI, pero no llegarían a los dos tercios necesarios para ser elegidos.
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