Grupos empresariales y sindicales anunciaron ayer un acuerdo sobre los principios de un nuevo sistema para traer trabajadores sin especialización a Estados Unidos, un punto de máxima prioridad para un amplio proyecto de reforma de la ley de inmigración.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos y la confederación de trabajadores AFL-CIO llegaron a un consenso después de varias semanas de negociaciones en privado, a pedido del senador demócrata Chuck Schumer y de su colega republicano Lindsey Graham, que participan en la preparación de un acuerdo sobre inmigración en el Capitolio.
Los principios anunciados incluyen un acuerdo sobre la necesidad de encontrar una vía que permita a los negocios más facilidad para contratar trabajadores extranjeros cuando los estadounidenses no estén disponibles para llenar las vacantes.
Eso requerirá un nuevo tipo de programa de visas que no mantiene a todos los trabajadores bajo estatus temporal permanentemente y responde al crecimiento y a la reducción de la economía estadounidense, dijeron los grupos en una declaración conjunta.
Tanto los grupos empresariales como los laborales han tenido diferencias sobre el programa de trabajadores temporales. Los empresarios desean más trabajadores y los sindicatos están preocupados por la protección de los trabajadores y la posibilidad de que un programa a gran escala desplace a los estadounidenses en el mercado laboral.
Este fue el punto espinoso que provocó el fracaso de un intento previo de reforma en el 2007 y, por esa razón, Schumer y Graham pidieron al presidente de la Cámara de Comercio, Tom Donohue, y al líder del AFL-CIO, Richard Trumka, que forjen un acuerdo que el Senado pueda incluir en un proyecto de ley que esperan completar el próximo mes.
Donohue y Trumka dijeron en una declaración conjunta que “el hecho de que las empresas y los sindicatos puedan converger para negociar de buena fe sobre un asunto espinoso debería enviarle una señal al Congreso y al pueblo estadounidense, de que el respaldo a la reforma de la ley de inmigración se ha generalizado y está creciendo, y es importante para nuestra economía y nuestra sociedad”.
Ofrecer garantías para que futuros trabajadores puedan ingresar a Estados Unidos legalmente es un punto clave del acuerdo que abarca seguridad fronteriza, verificación de status del trabajador por parte de los empleadores y el paso a obtener la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes que actualmente viven sin permiso en el país.
“Se trata de otra señal de progreso, de bipartidismo, y nos sentimos alentados por esto”, destacó el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney. Schumer calificó el anuncio como “un paso de gran importancia”.
El presidente Barack Obama ha sido criticado por ceder ante los sindicatos al no incluir el programa de trabajadores temporales en su borrador de la reforma migratoria.
El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, pareció moderar el tono acerca de la reforma de inmigración junto con otros correligionarios, sobre una posible nacionalización de algunos inmigrantes irregulares.
Cantor dijo en una declaración que se sentía muy alentado porque “dos grupos a menudo antagónicos sean serios a dejar de la política y hallen soluciones”.
Otros puntos espinosos quedaron pendientes, entre ellos, cómo se expedirán las visas de trabajo bajo un nuevo programa y qué clase de pago y beneficios recibirán.
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