El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, rechazó hoy presentar su renuncia, como reclama la oposición, y recordó que llegó al cargo mediante elecciones “libres y equitativas”.
“Me aferraré a esta legitimidad (…) Es la única garantía para evitar un derramamiento de sangre”, señaló hoy por la noche durante un discurso transmitido por televisión. “Soy el presidente de Egipto, que representa a todos los egipcios”, aseveró el mandatario.
“Si el precio para salvaguardar esa legitimidad es mi sangre, entonces estoy preparado para sacrificar mi sangre (…) No sean engañados, no caigan en la trampa. No abandonen esta legitimidad. Soy el guardián de esta”, refirió en otro momento.
Asimismo culpó por los problemas sociales y económicos en el país, desde que asumió el cargo hace un año, a la corrupción y a miembros de la antigua administración de Hosni Mubarak.
Durante el discurso, Mursi admitió defectos de su gobierno, pero dijo que la “corrupción y los remanentes del viejo régimen” están obstaculizando el progreso.
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