Mañana se inicia el juicio a un niño de 12 años que asesinó a su padre neonazi en Estados Unidos. Si el juez lo encuentra culpable, el menor podría permanecer recluido hasta los 23 años.
Según The New York Times (NYT), el 1 de mayo de 2011, el menor, entonces de 10 años, entró a la sala de su casa en la ciudad de Riverside, al sur de California, y le disparó a su padre, un neonazi de 32 años.
De acuerdo con la BBC, el niño se encuentra en un centro de detención juvenil. El juicio se desarrollará sin jurado, algo usual en casos de menores, por lo que el juez decidirá si está en condiciones mentales de ser acusado de asesinato.
Sin embargo, el código penal californiano establece que menores de 14 años no pueden ser acusados de un crimen sin una evidencia clara de que “conocían su ilegalidad”.
Así, según otra nota de NYT, el juicio genera expectativa pues el juez también determinará cuestiones de fondo, como “si el racismo virulento puede equivaler a abuso de los padres, si un niño expuesto a tanto odio puede entender la diferencia entre el bien y el mal, y si alguien quien crece en condiciones tan tóxicas puede ser culpado”.
Por su parte, el fiscal del caso, Michael Soccio, también se pronunció. “Lo que hizo, si lo hubiera hecho cualquier persona mayor, no había duda de que era un asesinato (…) Fue planeado. Fue premeditado. Fue llevado a cabo a sangre fría”, dijo el magistrado.
En contraste, el defensor público del niño, Matthew J. Hardy, dice que su cliente tiene problemas neurológicos y psicológicos, agravados por la exposición al “condicionamiento” neonazi y el maltrato físico en el hogar.
EL ASESINATO
El padre, Jeff Hall, era líder en la costa oeste de Estados Unidos del grupo neonazi Movimiento Nacional Socialista, una organización con unos 400 miembros en 32 estados.
El día antes de morir, Hall organizó un encuentro con miembros del movimiento en la casa, en la que se discutían planes para establecer patrullas armadas en la frontera con México. El niño estuvo presente.
Esa madrugada, el menor ingresó a la sala y disparó a su padre, que dormía en el sillón. En conversaciones con los investigadores horas después del crimen, el menor afirmó: “Esta cosa entre padre e hijo tenía que llegar a su fin”.
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