El arresto de dos militares y siete civiles bolivianos el domingo pasado –cuyas causas aún son confusas y sobre las que se tienen dos versiones– llevó a que la tensión entre Bolivia y Chile se reavive.
Según el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, la detención se realizó en territorio boliviano y durante un operativo en el que se detectaron camiones que llevaban mercancía ilegal.
De acuerdo con el vicepresidente, los bolivianos no ingresaron a territorio chileno sino a “unos 350 o 400 metros de la frontera”, cerca de un puesto castrense boliviano. García Linera calificó el arresto como “agresión” y “secuestro”, y exigió la “devolución inmediata” de los ciudadanos.
Ante ello, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, defendió la medida señalando que “fue en territorio chileno, cometiendo delitos”. Bachelet dijo que los bolivianos realizaban “el robo de un camión con productos y tenían la intención de robar varios más”.
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