Canadá anunció hoy la suspensión de las relaciones con Irán y el cierre inmediato de su embajada en ese país, así como la expulsión de todos los diplomáticos iraníes que permanecen en su territorio, alegando la creciente ayuda militar de Teherán al régimen sirio.
“Las relaciones diplomáticas entre Canadá e Irán fueron suspendidas. Todo el personal diplomático canadiense dejó Irán y los diplomáticos iraníes en Ottawa recibieron la orden de abandonar el país en un plazo de cinco días”, dijo el ministro canadiense de Relaciones Exteriores, John Baird, en un comunicado.
“El régimen iraní proporciona una ayuda militar creciente al régimen (del presidente sirio Bashar Al) Asad; rehúsa apegarse a las resoluciones de las Naciones Unidas concernientes a su programa nuclear; amenaza regularmente la existencia de Israel y tiene propósitos antisemitas racistas, además de incitar al genocidio”, señaló Baird.
La nación norteamericana suspendió en marzo las actividades de su embajada en Siria y ordenó a fines de mayo la expulsión de diplomáticos sirios en Ottawa. La Cancillería no pudo precisar de inmediato cuántos funcionarios iraníes deben abandonar el país.
“La postura de Canadá para con el régimen iraní es conocida. Canadá considera al gobierno de Irán como la principal amenaza para la paz y la seguridad mundiales en este momento”, indicó.
“Irán está entre los peores violadores de derechos de las personas en el mundo. Alberga a grupos terroristas a los que entrega ayuda material, lo que obliga al gobierno de Canadá a inscribir oficialmente a Irán como estado que respalda al terrorismo”, acusó el funcionario.
La decisión de Canadá obtuvo el respaldo de alguno de sus aliados occidentales, quienes argumentan que el programa nuclear de Irán tiene como objetivo la construcción de la bomba nuclear y acusaron al régimen de promover el terrorismo internacional.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanayahu, felicitó a Canadá por haber roto sus relaciones diplomáticas con el régimen de Mahmud Ahmadineyad, al tiempo que calificó la decisión como “valiente” y “un ejemplo para la comunidad internacional”.
En tanto, el Departamento de Estado de Estados Unidos manifestó que “compartía la preocupación de Canadá” por el apoyo de Irán al régimen sirio, los derechos humanos en el país y el programa nuclear.
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