El ataque de una tortuga-lagarto a un bañista del lago en Irsee (sur de Alemania) desató el pánico entre los veraneantes y las autoridades locales, que decidieron prohibir los baños en el lugar hasta que se localice al animal.
El alcalde de la población, Andreas Lieb, apuntó la posibilidad de “vaciar” de agua el lago si no se localiza hasta mañana a la tortuga, que de un mordisco arrancó el talón de aquiles a un muchacho ayer viernes.
“Primero sacaremos los peces del estanque y luego esperamos poder dar con ella”, dijo el alcalde a medios locales, en medio del revuelo generado en toda la región por el suceso.
Los medios alemanes lanzaron especulaciones de todo tipo acerca del tamaño y origen de ese tipo de reptiles, previsiblemente una tortuga-lagarto originaria de Estados Unidos abandonada por su dueño.
La exportación y venta de estos reptiles está prohibida en Alemania desde 1999 y se considera que el caparazón del ejemplar debe medir, a juzgar por el tamaño del mordisco, unos cuarenta centímetros, para un peso de catorce kilos.
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