Alfonso Baella,Uso de la palabra
Comunicador
Si queremos avanzar, hay que trabajar con responsabilidad en nuestra infraestructura, pero sin autoridades ni instituciones fuertes y sin acuerdos políticos el futuro es incierto o de fecha imprevisible. En Lima, los principales proyectos en ejecución, que suman US$15,000 millones, entre las líneas 2 y 3 del Metro de Lima, Vía Parque Rímac, Vía Expresa Sur, etc., podrían retrasarse.
Vía Parque Rímac, una inversión de US$700 millones que unirá 11 distritos a lo largo de 9 kilómetros de viaductos y túneles, prevista para el 2015, tiene un obstáculo: cien familias de la urbanización Huascarán, en el Rímac, no llegan a un acuerdo con la empresa Línea Amarilla SAC, dueña de la concesión, para la expropiación de sus casas.
Vía Expresa Sur, una inversión de US$230 millones que permitirá el tránsito de 75 mil automóviles diarios desde Barranco hasta la Panamericana Sur en el distrito de San Juan de Miraflores a través de 4.5 kilómetros de viaductos, anillos viales, pasos a desnivel y puentes, prevista para el 2018, debe expropiar, los primeros dos años, 300 predios, de los cuales 100 son viviendas.
Línea 2 del Metro de Lima, la mayor inversión en la historia de la capital, con US$6,500 millones, que transportará 600 mil personas diariamente entre Ate y el Callao por una vía de 35 kilómetros y que cruzará 13 distritos de la capital, tiene también expropiaciones por un monto de 500 millones de soles.
Estas tres obras requieren acuerdos sociales, políticos, jurídicos y hasta mediáticos para que no se paralicen por expropiaciones fallidas, por violencia o por azuzamiento de pobladores. Es indispensable informar, pero, sobre todo, conducir a la opinión pública para que apoye la ejecución y la finalización de estos proyectos.
El Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público, Ositran, tiene un papel fundamental, pero también los actores políticos, del gobierno y de la oposición, los líderes municipales, regionales, los candidatos provinciales y distritales, y obviamente los medios de comunicación para ponderar adecuadamente la información. El desarrollo de Lima no depende solo de las autoridades o de los inversionistas, sino de todos los que vivimos y queremos seguir viviendo en esta gran ciudad. Pero es necesario buscar consensos, acuerdos y compromisos.
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