Un inesperado ‘rapidín’ después de un largo día de trabajo puede resultar una experiencia inolvidable para la pareja, tanto como un planificado escape a un hotel para tener un fin de semana ‘calentón’. Lo primero surge en el momento, a lo bestia; lo segundo se ha preparado con anticipación y esmero. Si bien la vida sexual depende de la pasión, la creatividad y la sorpresa, la planificación también es una aliada importante. De hecho, se hace necesaria, sobre todo, cuando la pareja tiene obligaciones que influyen, inevitablemente, en la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales. Factores como el trabajo, los hijos, las labores domésticas, en fin, suelen afectar la vida íntima. Para evitar que la pasión se extinga, hay que tomar una agenda, ver el calendario y ordenarse. Así podrá saber qué días pueden darse una escapada erótica sin que nadie los interrumpa, en vez de dejar que las cosas ‘pasen cuando tengan que pasar’. En realidad, si no se ponen las pilas lo más probable es que ‘no pase nada’.
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