Carlos Vílchez,Cómico
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Carlos Vílchez vive de transformarse. Todos los días, en Bienvenida la tarde (de L a V, 3 p.m., por Frecuencia Latina) es ‘La Carlota’, pero en El especial del humor puede ser un músico, un futbolista y, a veces, incluso él mismo. De esto y más hablamos en esta charla.
¿Cuántas personalidades tienes?
(Ríe). Ya no soy quién soy; Carlos Vílchez ya desapareció, estoy lleno de personajes.
Cuando veo a ‘La Carlota’ siento que eres tú y no un personaje…
Solo le cambio la voz… pero, cuando me fastidian y me dicen que soy mujeriego, cambio esquemas y me sale la voz de Carlos Vílchez. En realidad, ‘La Carlota’ soy yo, es mi lado gay. Si fuera gay, créeme, lo diría; eso sí, no tengo que hacerme el disforzado, no soy como otra gente que, siendo gay, se esfuerza… pero para ser hombre (ríe).
Cuando estabas casado, ¿quién roncaba en tu casa?
Todo era compartido. Aunque, en mi casa, como no sé hacer nada, siempre mandó mi mujer. Yo no sé dónde están los vasos, los platos…
¿Las mujeres solo pueden hacer tareas domésticas?
No, no, no. Me refiero a que yo no sé hacer esas cosas, no a que ellas deban hacerlo.
Dejemos ese tema. ¿Le temes al ridículo?
Soy actor der verdad: no nací en la tele sino en el teatro, yo pertenecí al grupo Histrión. Y no le tengo miedo al ridículo, lo que queremos es llevar TV sana a todos los hogares.
¿Por qué es sano un personaje como ‘La Carlota’?
Porque divierte, porque hace que la gente se sienta cómoda, sin malcriadeces, sin doble sentido.
¿Nunca has caído en un exceso?
Nunca, al menos hasta ahora. Por eso, hasta los propios homosexuales ven los programas donde salgo.
¿Qué dice la comunidad gay sobre ‘La ‘Carlota’?
Solo sé que, en las discotecas a las que van, dicen: “Mi papi, mi churro, mi rey”, una clave para decir que la persona a la que miran es un varón (ríe). También repiten: “¡Qué ha pasado!”, porque saben que nunca les he faltado el respeto y se divierten con mis personajes porque nunca los he ridiculizado
¿No sientes que un personaje como ‘El Negro Mama’ perjudica a la comunidad negra?
No. Dicho sea de paso, solo joden con esto a JB; a los demás, no. A mí me parece un personaje rico, divertido, jocoso; no sé por qué se quejan de él. Creo que estas organizaciones que protestan contra ‘El Negro Mama’ solo quieren llamar la atención o quieren justificar su chamba. ‘El Negro Mama’ no es un tonto, es un pendejo. Pero, es verdad, vivimos en una sociedad racista y a él lo confundieron con un choro.
¿Qué tan importante es Jorge Benavides en tu carrera?
Uf, recontra importante, no solo por mi carrera sino porque somos amigos. Nos conocemos desde los 80 y, desde entonces, no nos despegamos hasta el 2002, cuando ambos dejamos Frecuencia Latina, pero nos volvimos a juntar en 2011.
¿Eres su amigo y su cómplice?
Total. Yo no le digo ‘amigo’ a cualquiera. JB es mi pata, mi chochera, mi confidente; la persona a la que he recurrido cuando he tenido problemas… me dio hasta para mi depa (ríe), es mi verdadero amigo.
Dicen que eres mujeriego…
¡Enséñame un video! Nunca se me ha visto con una mujer, ni nunca se me verá. Si quieres ser mujeriego, hay que saber serlo. Para mí, el mujeriego no es el que enseña sus mujeres, sus pasiones; es el que las tiene ocultas y solo sus amigos las conocen.
O sea, eres un mujeriego…
(Ríe). Lo seré, seguro, pero sé respetar. Nunca he hablado de las personas que han estado conmigo. La prudencia me caracteriza. A mí no me verán de la mano o dándome un beso con alguien: prefiero que me digan gay antes que mujeriego. ¿Por qué? Porque esto me cubre, pues (ríe). Así es un mujeriego.
Laura Huarcayo es otra de tus grandes amigas…
Uy, la quiero mucho. Jorge Benavides, Alfredo Benavides y Laura Huarcayo son mi recontrapatas. Nos llamamos, nos contamos nuestras cosas, compartimos todo… hasta de canal cambiamos (ríe).
Alfredo Benavides es otro de tus grandes amigos, pero en Bienvenida la tarde se dan con todo…
El programa es una competencia y hay que ganar. Y Carlos Vílchez, quien vive dentro de ‘La Carlota’, es recontrapicón… y no voy a dejar de serlo por más que en la calle me griten “picón”.
¿Tu rivalidad con él es armada?
Desde que empecé en la TV, nadie me ha dicho lo que tengo que hacer. No hago lo que me dé la gana, sigo un guion, pero en Bienvenida la tarde este no figura. La única que tiene una pauta es Laura, Alfredo y yo somos impredecibles. Todas nuestras discusiones son reales pero quedan en pantalla… porque hasta camerino compartimos, y todo los días me ve de cuerpo presente (ríe).
AUTOFICHA
- Yo jugué en Alianza Lima. Estuve allí en el 79, y no seguí porque en mi casa no había mucho alimento, como para vitaminizarme, ponerme agarrado.
- Me gusta el cine, soy un enfermo de las películas. Me gusta el fútbol, me tomo mis chelas en mi jato con un sobrino de 26 años, mi compinche.
- ‘‘La Carlota’ nació en el teatro, en 1991, en 1993 ingresó a la TV en el sketch de Luis Miguel. Se hizo famosa con la frase: “Mi papi, mi churro, mi rey”.
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