Mónica Delta,Opina.21
El fallo ha dejado insatisfacciones para ambos lados y ha sentado jurisprudencia. Chile debe dejar las pataletas de lado y cumplir el veredicto. Para el Perú, el manejo del post fallo es de vital importancia y considero que la Cancillería debería ser remozada con alguien del temple y la experiencia de un Allan Wagner. El presidente Humala debe aprovechar el momento de unidad nacional para relanzar su gabinete en función de resultados concretos, que definan la proactividad que necesitamos para desarrollar la frontera sur y administrar, con visión económica, el nuevo territorio oceánico que hemos recuperado, utilizando la razón y los instrumentos de paz que hoy tenemos.
La maniobra dilatoria que intenta Chile con ese juego de palabras sobre el hito 1 no está en discusión ni tiene que ver con el fallo, porque no le compete a la corte pronunciarse sobre la frontera terrestre, que quedó definida con el Tratado de 1929. Las vivezas como la de Bachellet intentando definir ese triangulito, desde el punto Concordia hasta la costa seca, como la región 15 de chile, fue precisamente lo que indujo al gobierno peruano de entonces a concretar una demanda ante La Haya. Los 50 mil kilómetros de mar recuperados son comparables con el área de Grecia o de Corea del Sur. Tenemos una gran oportunidad de riqueza para nuestro país, pero hay que trabajar con presupuesto, inteligencia, empeño y mucha creatividad. La Marina tiene la capacidad y los instrumentos para implementar la nueva delimitación de frontera y el Gobierno tiene la obligación de terminar con este capítulo de nuestra historia republicana. A los amigos chilenos solo debemos darles la opción de cumplir con el fallo y con su palabra de nación civilizada.
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