Una pareja con P de poder

Este resultado ratifica la percepción de que el Gobierno es llevado y dirigido por una pareja presidencial. A nivel nacional, el 30% que obtiene el presidente resulta muy bajo para un jefe de Estado; mientras que el 18% que obtiene la primera dama es bastante alto para la cónyuge de un mandatario, que, además, está muy por encima de los líderes políticos o los representantes de los llamados poderes fácticos.

Si nos concentramos en el detalle, podremos apreciar que en Lima y Callao (28% para él y 22% para ella) y el Sur (30% para él y 24% para ella) le atribuyen a la primera dama un poder bastante más alto. Podrá decir el jefe de Estado que es una opinión de machistas, pero es una percepción que se va generalizando y que parece tener fundamento en hechos reales.

Su reciente Gobierno, así como sus calculadas apariciones públicas, permiten que la imagen de Alan García como político influyente se mantenga vigente, con una clara ventaja sobre Keiko Fujimori y Alejandro Toledo, a quien se le atribuye una influencia bastante baja. PPK, Lourdes Flores y Luis Castañeda ni figuran en la lista.