Tito Fuentes,Músico, líder de Molotov
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Con cuatro Grammys en su haber y 3.5 millones de discos vendidos en todo el mundo, Molotov llega a Lima para celebrar sus 18 años de existencia. Se presentan este viernes 18, a las 9 p.m., en Embarcadero 41 (Catalino Miranda 158, Barranco). Entradas: Teleticket.
¿Cómo llegó la música a ti?
Bastante tarde. De hecho, mis padres son muy poco rocanroleros: a mi padre le gustaban las rancheras; a mi mamá, las tropicales (risas). En algún momento tuve clases con un profesor de guitarra, pero no duré una semana (ríe). Años después, cuando estábamos en la ‘prepa’, Miky Huidobro (bajista de Molotov) me enseñó a tocar el bajo de Stand by Me para una clase de arte. Allí recién me interesó el tema, y empezamos a juntarnos por las tardes para darle duro a la guitarra eléctrica y hacer ruido. Por eso, con la música me la he llevado medio de vago (risas).
Dime, ¿es fácil la vida de un rockero?
Ni tanto (ríe). Si cobrásemos por todo lo que hacemos estaríamos más holgados, pero la piratería, los empresarios estafadores, el desgaste físico, los viajes… en realidad, es un tema de percepción porque, como somos mediáticos, la gente cree que somos millonarios, pero, para nada; somos mexicanos (risas).
¿Sientes que ser rockero es un oficio, una profesión?
Claro. Mira, hoy estamos más holgados, pero el año pasado, en Estados Unidos, hicimos 25 shows en 28 días, una barbaridad. ¿Eso no es acaso un trabajo? Aunque ahora que lo pienso, más que trabajo es una repetición (risas). Felizmente, cada concierto es diferente, cada uno tiene distinta electricidad. En Molotov nos dedicamos 100% a la música, pero felizmente este oficio no tiene esa nubecita negra que nos lleve a una oficina y lo identifique como ‘trabajo-trabajo’.
Más allá de esta circunstancia, ¿por qué te dedicas al rock’n’roll?
Para mí es una válvula de escape, un desahogo; es una postura de vida ante el mundo. En este terreno es donde la paso mejor: me paro en un escenario y lo disfruto al máximo.
¿Al rock lo aprecias más como fenómeno musical o como fenómeno social?
Para mí es, antes que todo, música. Pero también es verdad que, desde él, se puede caminar por ambas vías. La idea es ser un referente múltiple, porque si te centras en una serías un panfleto… o un partido político (risas). Por eso, somos una banda ecléctica en música, en lírica; no solo hablamos del descontento, también hablamos de borracheras; no somos un ejemplo a seguir, pero que la gente se identifique con lo que hacemos hace a nuestro trabajo más honesto aún.
¿Estás seguro de que no han caído en el panfleto?
No, porque nosotros odiamos el panfleto, odiamos el refrito; lo más fácil es volver a hacer lo mismo: no haremos un Gimme Tha Power Six (risas). Lo difícil es hacer las cosas bien, de tal manera que trasciendan. Ahora, también es verdad que la canción sigue vigente casi 20 años después… si nos decían eso cuando la hicimos, qué cagada, nos hubiéramos puesto tristísimos (risas). Todos sabemos que el gobierno es una mierda y el ser humano es un pendejo… pero hay que buscar la acusación precisa y el insulto bien definido.
¿Cómo seguir siendo contestatarios desde el mainstream?
Lo que más conviene es pararse donde haya más exposición y seguir con tu discurso de siempre. Uno no tiene por qué cambiar. Nosotros hicimos eso cuando, alguna vez, nos invitaron a Televisa, que mantiene burra a la gente con sus pinches telenovelas y sus noticias trucadas. El programa se llamaba México suena, y salimos mentando madres y, como era en vivo, no nos pudieron censurar.
¿Qué piensas de EE.UU.?
Los gringos tienen muchas cosas buenas, por ejemplo, resaltan mucho el arte, la cultura del rock’n’roll. De allí, nos interesa su gente, sus artistas, pero nos joden sus republicanos y su gobierno… como nos jode el gobierno mexicano, que está lleno de asesinos, bárbaros y corruptos de mierda.
¿Cómo siguen juntos después de 18 años?
Es una tarea difícil. Lo bueno es que en la banda somos cuatro personas bastante diferentes, que discuten en plan creativo, no destructivo… al final, somos artistas. Como somos diferentes, usamos las ideas de los otros como bastones, por eso nuestro eclecticismo.
Ahora, también has tocado en otras bandas…
Es bastante común que integrantes de una banda toquen en otras. Y no es que uno quiera compararse pero, por ejemplo, Hendrix ensayaba con Clapton… lo bueno es tocar con gente que sea interesante.
¿Te molesta la piratería?
Es imposible combatirla. Me molesta que los discos ‘originales’ sean caros, pero no hay que olvidar que los grandes piratas son millonarios, que no invierten nada y que viven de tus ideas. Intervenirlas es todo un problema, son como guerrillas armadas.
AUTOFICHA
- Nos invitaron a Televisa, que mantiene burra a la gente con sus pinches telenovelas y sus noticias trucadas. Salimos mentando madres y no nos pudieron censurar.
- En Molotov somos cuatro personas bastante diferentes que discuten en plan creativo, no destructivo… al final, somos cuatro artistas.
- Nosotros odiamos el panfleto, el refrito; lo más fácil es volver a hacer lo mismo: no haremos un Gimme Tha Power Six (ríe). Lo difícil es hacer las cosas bien.
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