08.MAY Miércoles, 2024
Lima
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“No me porto mal, tengo la suerte de ser una chica tranquila”

Vive sus mejores días y parece que le tocará un futuro aún más intenso (y bienaventurado). Imagen de Pantene, Stephanie Cayo está por dejar Colombia e instalarse en Nueva York. Aquí su voz (y su belleza).

(USI)
(USI)

Stephanie Cayo,Actriz
Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com

A Stephanie Cayo le gusta el olor de Lima, la lluvia de Bogotá y la creatividad de Nueva York. Rodeados de Lima y sus humores, hablamos sobre su vida.

¿Fue por la influencia de tus hermanas que le agarraste el gusto a este mundo lleno de cámaras, luces, escenarios?
En realidad, por quien todas fuimos influenciadas fue por mi mamá, quien desde muy joven organizaba desfiles de modas, era productora musical, trabajaba en publicidad, sabía de marcas, de campañas… Además, en nuestra casa siempre hubo un ambiente muy artístico, muy creativo.

Cantas, actúas, bailas, compones… De todos ellos, ¿cuál es tu territorio predilecto?
(Piensa). La verdad, me siento cómoda en todos, aunque si nos fijamos en lo que piensan los demás, se supone que estoy actuando mejor pues hasta he ganado algunos premios como actriz. Igual, yo no creo en los premios porque soy consciente de que son momentáneos. Yo creo más en lo que uno es, en lo que uno siente. He descubierto que uno siempre puede dar más, que uno mismo se pone los límites.

Eres exigente contigo…
No. Una puede ir tranquila en la vida, pero para que las cosas salgan bien solo hay que hacerlas con amor y esfuerzo. Yo, por ejemplo, estudié canto, danza y baile desde pequeña en Dance Studio, la escuela de Fiorella, mi hermana. Allí aparecieron varios de los talentos que hoy están en pantalla –Carolina Cano, María Grazia Gamarra–, pero no solo estudiamos sino trabajamos, participamos en shows, vivimos… Allí nos encontramos a nosotras mismas pues no nos ponían ningún rol, no debíamos parecernos a nadie sino hallarnos.

¿Fue difícil la decisión de seguir tu carrera fuera?
Me fui muy jovencita, a los 17 años, pero siempre sentí que era algo que debía hacer porque quería un momento para mí, para estar sola.

Alguien muy vinculado a ti me dijo que tus destinos eran Hollywood, Broadway…
(Sonríe). La verdad, me gusta mucho el teatro musical –el año pasado hice Chicago en Colombia–, me gusta mucho la música, y Nueva York es una ciudad donde el arte está a la vuelta de la esquina, en todos lados. Por eso, siempre me ha resultado muy fácil inspirarme allí. Una tiene lugares especiales. Uno de ellos es, para mí, Nueva York.

¿Te interesa más Broadway que Hollywood?
Más allá de las etiquetas, busco proyectos que me muevan.

Aparte de una película animada, no has hecho cine…
Así es. Sucede que estuve haciendo mucha televisión. Esta te deja sin tiempo, pero sí te da la tranquilidad económica para hacer cine luego (ríe).

Cuando hagas cine harás arte…
Arte se hace en todos lados. El arte está en las calles, en nuestra casa, en nuestra manera de vivir, en todo. Los egos, claro, van por otro lado. En esto me dejo llevar por Anthony Hopkins, quien dice que uno es tan bueno como lo último que hizo, como tu última película, como tu última canción. El del espectáculo es un medio efímero. Por eso hay que hacer solo las cosas que valgan la pena, las que te enseñen algo y te gusten.

¿Por qué hasta el momento le has dicho ‘no’ al cine?
Primero, por tiempo: en la televisión grabamos de lunes a sábado, doce horas por día. Segundo, hasta hoy no me he sentido motivada por ningún proyecto.

¿Te has enterado del éxito de Asu mare ?
Sí, es increíble, me parece maravilloso. Todos en la película son mis amigos. En Latinoamérica, las películas más exitosas son las familiares. Hay pocas oportunidades para ir al cine. Por eso, la familia aprovecha películas como Asu mare para ir todos juntos. Además, a Carlos Alcántara lo queremos todos. A eso hay que sumarle otro elemento: siempre es bueno reírse, y la película de ‘Cachín’ es muy divertida.

¿Disfrutas tu tarea de imagen de tiendas por departamentos, de productos de belleza?
Escojo muy bien a mis marcas para poder hablar de ellas con honestidad. Me han ofrecido todo tipo de productos y campañas, y he sabido decir ‘no’. Créeme, uso Pantene desde siempre (ríe). Lo bueno es que hoy me lo regalan (ríe).

¿Puedes ir de compras?
Lo hago y, claro, la gente se me acerca y me tomo fotos con todo el mundo. Esto no me molesta porque sé que es parte de mi vida.

¿Qué haces cuando te preguntan por Juan Cardona, tu ‘ex’?
Simplemente no contesto. Créeme, los paparazzi no me molestan.

¿Has modificado tu comportamiento por la prensa?
Nunca, siempre he sido yo. Además, no me gusta portarme mal, tengo la suerte de ser una chica tranquila (ríe).

¿Tienes mucho ego?
Lo justo y necesario. Soy bien aterrizadita, ah; estudié en un colegio nacional, el de la Fuerza Aérea; mi familia es modesta, con gente muy trabajadora como mi madre.

AUTOFICHA

- En Bogotá encuentro a mis amigos, mi trabajo, la lluvia. Y es verdad: como dijo ‘Gabo’, es una ciudad triste, melancólica, pero la melancolía es el estado más creativo.

- Lima es maravillosa, me gusta hasta su olor (ríe). Y sí, pues, huele a harina de pescado, pero, qué hacer, si en el Callao están esas fábricas.

- Nueva York es arte, energía, tiempo, velocidad, creatividad. ¿Juan Diego Flórez tiene su agenda copada hasta el 2018? Qué estrés. Guau. Yo solo hasta el 2014 (ríe).


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