Los niños preguntan. Arman. Desarman. Prueban. Se caen. Se levantan. Aprenden. Vuelven a preguntar. Es natural. En tal sentido, un estudio de la Universidad de California (Estados Unidos) considera que los niños son como pequeños científicos. En la etapa de juego, según informa el portal Popular Science, los niños elaboran hipótesis, hacen pruebas empíricas y analizan sus hallazgos. Por tal motivo, los investigadores de la mencionada universidad consideran que la educación temprana resulta clave. “Los juegos cotidianos son una forma de experimentación, una manera de interactuar con el mundo. Se obtienen datos tal como lo hacen los científicos y se usan para crear nuevas conclusiones”, declaró Alison Gopnik, líder de la investigación.
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